FUNDACION Y POBLAMIENTO DE RIOVERDE
En
1492, Cristóbal Colón descubrió tierras americanas y a partir de este
descubrimiento, los españoles hicieron varios viajes a este continente. Uno de
los más importantes fue el de Hernán Cortes que, en 1521 conquistó la capital
del Imperio Azteca que se localizaba en la actual capital de la República
Mexicana. Después de esto, Hernán Cortés y los españoles exploraron y
conquistaron otras partes del actual territorio mexicano y llegaron a lo que
hoy es el estado de San Luis Potosí.
Con
la conquista española se inició una nueva etapa en la historia de México, que
se conoce como Colonial o Virreinal, (porque su forma de gobierno fue
Virreinato) y durante la cual, este territorio perteneció a España.
A
la Huasteca llegó Hernán Cortes por el río Pánuco y conquistó parte de la
misma. En la región pame o Pamería, en la Zona Media, no sucedió lo mismo, los
que penetraron lentamente y en forma pacífica fueron los frailes franciscanos,
fundando templos y protegiendo a los indios.
El
historiador Eugenio Verástegui, escribe en su Historia de Rioverde, S. L. P. Que
es posible que el valle del río Verde haya sido descubierto a mediados del
siglo XVI, por indios otomíes procedentes de Querétaro, que al servicio del Rey
de España y hablando adoptado nombres y costumbres españolas fueron
comisionados para pacificar a los chichimecas y que lo hayan hecho también con
los del grupo “pame”.
Los
personajes a que se refiere Verástegui, son Conin o Hernando de tapia y
Xicalchalchimitl, después bautizado como Juan Valerio de la Cruz. El
historiador se basó en referencias que hay de estos personajes como
pacificadores, sin embargo, los primeros frailes que llegaron al río Verde no
dejaron ningún comentario de este hecho.
En
su mismo libro, el señor Verástegui, dice que a Juan Valerio de la Cruz se le
dio el título de Cacique de Caciques y se le adjudicaron los territorios
conquistados. Pero en ningún escrito de la época colonial se le menciona como
vecino de la región; siendo tan tico este territorio no hubiera pasado desapercibido.
Los
frailes llegados a la región fueron: fray Juan de San Miguel y fray Bernardo
Coussin, quienes después de administrar varios servicios religiosos se
retiraron de la región. Más tarde llegó fray Juan de Cárdenas en 1607 quien
levantó una capilla. Además, fray Juan de Cárdenas construyó templos de
bajareque y techo de palma en Pinihuan, Gamotes y Valle del Maíz.
Sin
embargo, a fray Juan de Cárdenas no se le considera tampoco el fundador, porque
para serlo se necesitaba una Cédula Real, esta era la autorización escrita de
la Corona Española para fundar algún pueblo.
Más
tarde regresa fray Juan de Cárdenas acompañado de fray Juan Bautista de
Mollinedo, de la provincia franciscana de Michoacán, a quien se le considera el
fundador de la Misión; ya que, al haber hecho los trámites necesarios obtuvo la
Cédula Real con la que, el 1º de julio de 1617 fundó la Misión de Santa
Catalina Virgen y Mártir y luego se dio a la tarea de fundar otros templos que
dependerían de la Custodia de Rioverde.
La
Misión se fundó en el hoy mercado de Ciudad Fernández, teniendo como punto el
Ojito de Agua que aún se encuentra a la orilla del río Verde.
El
primer poblador de la comarca fue el capitán Pedro de Sifuentes que se asentó
en las cercanías de la laguna La Vieja (hoy la Media Luna), en 1596. La
estancia fundada por Sifuentes prosperó rápidamente debido a que el pasto y el
agua eran abundantes; se criaban allí cabras, vacas, yeguas y alunas bestias
mulares. Fue el núcleo de la hacienda El Jabalí, que antes se llamó Nuest5ra
Señora del Rosario.
A
partir de 1601 se hicieron repartimientos de tierra a los españoles emigrantes
de Querétaro. Después llegaron a poblar el valle del río Verde el Lic. Vasco
López de Vivero, al que se le concedieron algo así como diez mil hectáreas
cerca de la laguna La Vieja. Otros que se avecindaron en la misma fueron: Alonso
Méndez, Luis de Cárdenas, y Cristóbal del Solana.
Luis
de Cárdenas acaparó una gran cantidad de terrenos de los más fértiles, en donde
poco después se asentaron otras haciendas, como la de Acequia Salada (La
Boquilla). Para 1606 el valle del río Verde entero estaba en manos de los
españoles en virtud de Mercedes Reales. El ganado de los estancieros españoles
se reprodujo de tal forma que causaba problemas en las tierras de los indios
confinados en la Custodia de Santa Catarina Virgen Y Mártir, por lo que estos
se sublevaron; el virrey ordenó entonces al capitán Bartolomé Moreno se les
pusiera a trabajar.
Como
los indios se quejaron al virrey por medio del custodio franciscano, el
gobernante mandó hacer unan investigación encontrando todo en orden. Se
aprovechó también hacer un inventario de los bienes del convento y de los
guachichiles, se contaron 454 indígenas en la Custodia.
En
1629 los indios abandonaron la Custodia, sublevándose contra los españoles por
los malos tratos y porque habían dejado de dotarlos de provisiones, cosa que se
empezó a hacer desde que se fundó la Custodia. Los españoles tomaron frásticas
medidas ahorcando a los cabecillas.
Los
indios se negaron también a pagar limosna y siguieron los malos tratos por
parte de los estancieros. Ante las quejas de los indios la Real audiencia
ordenó, el 13 de junio de 1650, que el Justicia Mayor de Rioverde amparara y
protegiera a los naturales. Pero, como en muchas ocasiones, los Justicias eran
los mismos estancieros, por lo que los indios nunca obtuvieron lo que pedían.
El
virrey don Luis de Velasco hijo se preocupó por los naturales de la Custodia de
Santa Catarina Virgen y Mártir, ordenando que no entraran a pueblo de indios,
ni españoles, ni negros, ni mulatos, ya que causaban muchos problemas, esto se
respetó sólo por un tiempo. Los estancieros españoles continuaron apoderándose
de las tierras de los indios, hasta subyugarlos o hacer que se fueran de la región
y volvieran a adoptar sus antiguas costumbres.
El
templo de Santa Catarina se terminó de construir a mediados del siglo XVII; el
historiador Eugenio Verástegui refirió que el citado templo debió ser lo que
hoy es el curato parroquial. Probablemente en 1761, es la dedicación. Ya que,
en 1977 el templo no tenía más que el “crucero con una hermosa media naranja”.
A finales del siglo XVII, cincuenta y dos
españoles vecinos de la Custodia de Santa Catarina Virgen y Mártir, que era pueblo
de indios, representados por el español Juan Nieto Téllez, pidieron permiso al
virrey don Melchor Portocarrero Lasso de la Vega, para asentarse en la mitad del pueblo de Rioverde; alegando que los
indios que quedaban eran muy pocos (solo 70 familias) y que de ellos solo seis
eran Chichimecas (pames), ya que los demás eran venidos de otros lugares.
Prometieron hacerse cargo de la defensa de los naturales, sin que le costara al
gobierno el pago de este servicio, manejar la fertilidad de las tierras y la
catequización de los indígenas. Y pidieron también que se les permitiera fundar
una Villa, con todos los privilegios que estas tenían, como es el repartimiento
de tierras y solares, así como la elección de Alcaldes, regidores y demás
oficiales que se acostumbraba. Prometieron la defensa de la entonces frontera
de la Nueva España, contra las invasiones de los enemigos.
Las
autoridades virreinales pidieron a la Alcaldía de San Luis Potosí que hiciera
una inspección para localizar otro lugar donde se pudieran asentar los peticionarios,
para que no perjudicaran a los indios. Sin embargo, el encargado de hacer la
inspección era uno de los peticionarios, por lo que no pudo ser imparcial.
El
9 de enero de 1694 se concedió el permiso para la fundación de la villa de
españoles, en parte de lo que fue la Custodia de Santa Catarina Virgen y Mártir,
recomendando mucho que se respetara el derecho de los indios sobre la parte
restante.
El
poblado fue fundado en la mitad de las tierras de la Custodia de Santa Catarina
y tomó el nombre de Villa del Dulce Nombre de Jesús (hoy Ciudad Fernández).
Entonces, pidieron que fueran repartidas tierras y la merced de aguas de la
laguna de La Vieja, lo que se les concedió afectando a los indios en la parte
poniente y extendiéndose 600 metros más, hasta llegar a lo que hoy es la calle
Frontera, límite actual entre Rioverde y Ciudad Fernández.
Los
indígenas lucharon contra los españoles, desde la fundación de la Custodia
hasta finales del siglo XVIII, cuando las más pudientes familias de la villa
vecinas y las castas fueron invadiendo la Custodia, absorbiendo poco a poco a
los indios que aún quedaban.
En
1790 la Custodia de Santa Catarina, contaba con 13 misiones, en las que se cobraban
obvenciones a los indígenas; quienes, además, sembraban para el sustento de los
misioneros. Para el año de 1792 habitaban Rioverde 840 indios: 437 hombres y
403 mujeres. Y en 1793 había 11 haciendas y siete ranchos.
En
1803, durante el gobierno del virrey, don José de Iturrigaray y por la Real
Ordenanza del Rey Fernando VII, que exigía que los cementerios estuvieran
extramuros de la ciudad, se adquirió el terreno donde funcionó el panteón
municipal.
Sus límites eran: al oriente calle del Paso al Valle (hoy Reyes), al
poniente la capilla del mismo cementerio, al norte algunas milpas, al sur una
acequia. Desde sus orígenes hasta principios del siglo XlX, el cementerio
estuvo en lo que es ahora la Plazoleta de la Fundación, frente al templo de
santa Catarina de Alejandría. En 1814, fue estrenado el nuevo panteón, al ser
sepultada allí una india.
Digitalizada
por José J. Alvarado. 26 junio 2015.
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