Restos Prehispánicos exhibidos en el Museo - notese las "Orejeras y el Collar que acompañaban el entierro" como parte de su ritual.
El Museo Regional del
Río Verde
Parte 4 de 7
Luz Carregha Lamadrid
Otra de las tareas realizadas fue
aplicar una encuesta entre la población para conocer el interés en un Museo. El
resultado favoreció la propuesta de un museo dedicado a la Arqueología en
primer lugar y a la Historia en segundo.
Durante 1996, frecuentemente la
prensa local hizo referencia al proyecto del Museo.
Sin embargo, aún faltaba el
lugar donde instalarlo. Finalmente, en agosto de 1997, el gobierno del estado
encabezado por el licenciado Horacio Sánchez Unzueta decidió apoyar el
proyecto y lo hizo a través de su Secretario de Tesorería el Lic. Jose Luis Ugalde Montes.
Con ese fin adquirió un inmueble y lo entregó en comodato a la
Asociación Cultural de la Zona Media, A.C. para la instalación del Museo.
anillos Prehispánicos
El edificio elegido fue
construido durante el porfiriato en un terreno que donó al municipio el
entonces jefe del partido de Rioverde, Paulo Verástegui, para que se instalara
ahí una escuela de música.
También la dotó de los instrumentos
necesarios. Además, Paulo Verástegui solicitó al potosino Julián Carrillo –entonces
director del Conservatorio Nacional de Música–, enviara un profesor que se hiciera
cargo de la nueva institución educativa.
Posteriormente, en 1920, el edificio fue adquirido por particulares y destinado
a casa habitación. Con el paso de los años fue fraccionado.
Otras figurillas mas del culto a la fertilidad
notese las piernas voluminosas fuertes para dar a luz
Por su parte, la calle donde se
encuentra el inmueble fue una de las más importantes de la ciudad a partir de
la inauguración del ferrocarril San Bartolo-Rioverde en 1902.
Entonces fue
ampliada para comunicar el centro de la cabecera municipal con la estación
ferroviaria. Esta avenida fue conocida popularmente durante muchos años con el
nombre de “calle de los cuecillos”, porque en ella se localizaban varios
montículos en los que se encontraron vestigios arqueológicos hoy desparecidos.
Un "Raspador y dos piedras de mortero
el donador de una de estas piezas la ocupaba de pisapapeles
Fotografía: Elena Rodríguez de la
Tejera
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