Hay en esta Tierra Única un lugar hermoso que se conoce como
el Valadouro, “el Valle del Oro” pero nadie recuerda en la actualidad algún dato
histórico que acredite la existencia de minas del precioso metal ni siquiera en
los montes próximos de las tierras también llamadas de Ourol, que son las que
baña el río Landro, espejo nostálgico de las almas que habitaron sus riberas y
que aún se pierden en el mar de las ausencias.
Ubicación del valle del
oro
Aquel refrán “Valadouro, en cada pena seu tesouro” debe
referirse a la riqueza que aportaron, desde la emigración, los indianos cuyo
sueño se vio cumplido hasta el punto de regresar triunfantes después de “hacer
las américas”.
El Valadouro es el ejemplo de cómo la fantasía popular es
propicia al relato legendario y especialmente sensible a los tesoros ocultos
nunca encontrados.
EL CASCO DE LEIRO
Pero sí hay tesoros galaicos y celtas, conservados en
nuestros museos, entre los que abundan joyas características de la época
prerromana, como los cascos, los brazaletes y torques. Son, por su valor
material pero sobre todo por el cultural, los más preciados de la era
prerromana y fueron encontrados en las excavaciones de los castros.
Villa Robledo, Albacete
España
La más significativa de estas joyas se encuentra en el Museo
de San Antón de A Coruña, un casco de oro, el conocido como casco de Leiro. El
que se conoce por Tesoro de A Golada, en el Museo de Pontevedra. Y en el Museo
Arqueológico de Lugo podemos admirar
numerosos torques y brazaletes.
LAS MÉDULAS
Oro sí había y abundante en los montes de Valdeorras y sobre
todo en el Sil… Tesoros que descubrieron los romanos cuando invadieron los
pueblos galaicos… Las Medulas bercianas son el ejemplo más impresionantes de su
ingenio y su codicia, pero hay otros como Montefurado que prueban de lo que
eran capaces con tal de obtener el dorado metal: ¡Hasta desviar un gran río
como el Sil!
Rio Sil, España
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