Con perros de caza, fam. Tejera
(negativo en vidrio)
Miengo es una pintoresca aldea
enclavada a veintiún kilómetros al suroeste del importante puerto de Santander,
en la región de Cantabria, esto es al norte de España.
El litoral de
Miengo está sembrado por pequeños islotes. Entre ellos, la isla de los Conejos
constituye un enclave ornitológico inigualable. También son numerosas las zonas
de marismas en Cudón, Cuchía y Miengo.
Su historia es tan antigua que ya
se menciona en la Alta Edad Media, en referencia a las donaciones de pozos de
sal en beneficio compartido entre la Catedral de Oviedo, la Abadía de
Santillana y, por turnos, a los diferentes pueblos de “La Onor”, antigua
denominación de estas tierras, porque siendo posesión del Rey, eran entregadas
a Señores y Ricos Hombres por demostrar honra y lealtad.
Baldomero de la
Tejera Navarro (1ª. Generación de Tejeras nacido por estas tierras).
En la actualidad es la cabecera
del municipio de igual nombre, con una extensión territorial de veinticuatro
kilómetros cuadrados, pertenecientes al partido judicial de Torrelavega, y
ambas a la provincia de Santander, localizada dentro de los límites de la
región histórica de Castilla la Vieja.
Sus escasos 1,000 habitantes,
contrastando con los vecinos porteños, llevan una existencia tranquila por su
apego a la tierra, pero no exenta de las comodidades que ofrece la tecnología
moderna.
Preparándose para la cacería la familia de la Tejera
El panorama del pueblo poco ha
cambiado desde las medianías del siglo XIX, cuando lo habitaba la familia De la
Tejera – Oruña. Sobresale de la mancha urbana la torre prismática de la
parroquia de San Miguel Arcángel, construida en los albores de los mil
quinientos acusando reminiscencias románico – góticas, y de ella se extiende,
serpenteando tímidamente las suaves cunas que forman las lomas o, a veces
trepando a ellas en urbanismo de plato roto, el caserío de piedra ocre y techos
rojos de dos aguas.
Tejeras de caceria en Plazuela
Vecina de Miengo, recorriendo
escasos kilómetros, se encuentra el hermoso pueblo de Santillana del Mar,
famoso por su arquitectura medieval y cercanía a las Cuevas de Altamira,
llamadas por su importancia “La Capilla Sixtina de la Edad de Piedra”.
Fotografía Elena Rodríguez de la
Tejera
Jose Guillermo Alvarado Orozco
EDICIÓN ESPECIAL, EL SOL DE SAN
LUIS, RIOVERDE, SLP, 1º. JULIO DE 1996
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