LAS CEIBAS DE RIOVERDE
ATRACTIVO ARQUEO-ECOLOGICO
2ª. parte
MEMORIA
DE LA SEÑORA ESTHER GONZÁLEZ OBREGÓN DE VERÁSTEGUI
Por ese tiempo Antonio ya estaba casado y vivía en
Zacatecas y como yo le comentara que estando tan grueso el tronco de las
ceibas, tendrían más de 100 años, se rió alegremente; que no eran tan viejas,
pues su marido, que era buenísimo y amigo de que hubiera árboles en las plazas,
las había plantado y me refería todos los detalles de la manera humorística que
la caracterizaba.
Los pudientes del pueblo se
reunieron una mañana en la plaza que estaba más pelada que cola de tlacuache,
para asistir y ser testigos del trasplante de 6 ceibas que tenían más de un
metro de altura unas, y otras casi dos. Allí estaban juntos Tirios y Troyanos,
porque los católicos y los liberales, todos hicieron acto de presencia como el
acto lo merecía, hubo bastantes oradores y los “afrancesados” o sea todos los
que habían sido interinos cuando la intervención francesa.
El
as de estos era D. Mariano García Rojas, católico de hueso colorado,, es decir
que sí honraba la religión que profesaba, humanista y retórico, excelente
calígrafo, que de sus dichos y hechos todavía en el S. XX hay gentes que lo
recuerdan, D. Fructuoso “del” Pro, que se puso el “de” cuando fue interino, ya
prefecto, ya presidente. En los intervalos que prevalecían las armas del
imperio, no perdió el tiempo y se volvió rabioso liberal, que despreciaba a los
asquerosos “retrógrados”.
Sembradas
por D. Rafael Villapando, originario de Aguascalientes en 1872 (Memo Alvarado)
ESTE
Blog agradece a la Lic. Elena Rodríguez de la Tejera los archivos aquí compartidos
Atentamente
Arturo González Pérez
R2D2
0 comentarios:
Publicar un comentario