LA NARANJA
EN RIOVERDE
3ª. entrega
En
1933, el sistema de cultivo tenía muy buen nivel, por el grado de
perfeccionamiento alcanzado por algunos citricultores rioverdenses, y se
diagnosticaba, como una actividad del porvenir para los ejidos aledaños.
La
falta de selección y empaque, impedía que la fruta se exportara y sus centros
de consumo de primera categoría se reducían a las ciudades de Tampico, México y
San Luis y, de segunda, Saltillo y otras más occidentales,[1]
provocadas por algún siniestro meteorológico. El único medio de transporte era
el FF.CC.
En el año de 1940 los exportadores eran
los siguientes:
Gustavo
R. Alemán 5
de Mayo No. 10
Amando
Alvarado Plaza
Independencia lado norte
Pedro
Hernández Apartado
Postal No. 12
Cleofas
Izeta Olguín Centenario
No. 139
J.
Refugio López Apartado
Postal No. 5
Lucina
R. Vda. De Reséndiz J.
Ortiz de Domínguez (ahora Madero)
José
Rocha San
Quintín
Villa Pedro Montoya
Manuel
Verástegui V. El
Rodeo
Cd. Fernández
Juan
C. Rodríguez Av.
H. Potosinos. Casa Blanca[1]
Los
productores de naranja se organizaron hasta la década de los años 40; si bien existió
una Sociedad Mutualista Agrícola a fines del S. XIX, no contemplaba en forma
particular la protección de los intereses de los Citricultores, porque no
constituía un cultivo generalizado, y aun no alcanzaba el incremento que
adquirió en las primeras décadas del S. XX.
Fue
hasta 1942, cuando por iniciativa de los señores J. Refugio López, Jacinto del
Pozo, don Amando Alvarado y la unión de otros inquietos productores, que se
constituyó en forma legal la Asociación Local, como respuesta a los impuestos
tan elevados que el gobierno trataba de imponer a los productores.
Aquel
31 de enero, Don J. Refugio López, presidente de la asociación convocó a los
citricultores para informarles el procedimiento para constituir la Asociación
Civil, y el resultado de las gestiones realizadas por la comisión que encabezó
don Amando Alvarado, éste informó haberse entrevistado con el Gobernador
Interino, al cual le manifestó la inconformidad de los productores de cítricos,
los cuales no estaban de acuerdo con que se empadronaran las huertas con un
valor de $3,000.00 por hectárea, porque las plantaciones de naranjo en esta
zona no eran obra de la naturaleza, sino de la industria humana que creó los
naranjales, a costa de muchos sacrificios, trayendo variedad del extranjero o
de otras partes de la república.
SUPLEMENTO DE ANIVERSARIO DE RIOVERDE SLP
EL SOL DE SAN LUIS
JULIO 1º. DEL 2002
(Ha de ser de alguno de los hermanos Alvarado Orozco)
Este Blog agradece a la Lic. Elena Rodríguez de la
Tejera el haber compartido estos archivos
ATENTAMENTE: Arturo González Pérez
[1]
Rodrigo Acosta Prudinat. El Valle Agrícola y Agrario, Rioverde, Tesis.
Chapingo.
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