martes, 14 de abril de 2020

El fantasma del Museo Regional del Rioverde- Parte 2 de 3- Las aventuras de Juanito, Por Juan Cancino Zapata.



Un descubrimiento extraño fue el que realizó Dalila Padrón Luna en el año 2015, al barrer y trapear el piso de la cuarta habitación del museo descubrió la huella de un pie desnudo plasmada en el cemento, lo curioso de este hecho es, que era la única huella en todo el piso de la habitación y que estaba ubicada casi en el centro de la misma, siendo inexplicable que no existan más huellas de pies desnudos en el piso.

Un día, en ese mismo año, la escritora Cleo Gordoa de la Tejera con dos escritoras más, iban a realizar una presentación de libros a las 7 de la tarde. En esa ocasión El Güero había retrasado su regreso al museo porque supuso que las escritoras no iban a estar temprano ya que no había recibido notificación de ellas durante el transcurso de la mañana.

Después de esperarlas y cómo para él ya era tarde, decidió cerrar el museo e irse a su casa a comer, cuando se disponía a degustar sus ricas viandas recibió una llamada avisándole que ya estaban las escritoras afuera del museo, él rápidamente suspendió su comida y se fue en un taxi a abrir el museo; 

al llegar al lugar y después de saludar intentó abrir el museo, pero no pudo, por más esfuerzos que hizo no logró abrir la chapa de la puerta, otros intentaron hacerlo pero sin éxito alguno, para solucionar esto decidieron hablarle por teléfono a un cerrajero, desgraciadamente todos los cerrajeros a los que les hablaron estaban ocupados y no podían ir a abrir la puerta en ese momento.

Un vecino del museo ofreció conseguir una escalera para brincarse e intentar abrir la puerta desde el interior, las escritoras y los invitados por su parte, consiguieron por teléfono y a través de diversas amistades, otra sede para su evento y se despidieron del Güero agradeciendo su infructuosa colaboración, minutos más tarde, cuando el público y las escritoras ya se habían marchado, llegó el vecino con la escalera y se introdujo al museo cuyo interior ya estaba oscuro.

Cuando el vecino llegó a la puerta, iluminándose con la lámpara del teléfono celular, descubrió que la puerta tenía puesto el seguro. Al abrir la puerta le dijo al Güero: Tenía puesto el seguro, a lo que este le contestó: ¡Yo cerré con llave por fuera!, el vecino en forma de broma exclamó: 

¡A la mejor fue el fantasma que no quería que estuvieran aquí las poetas!, los presentes soltaron la carcajada ante este comen-tario. Después de cerrar y abrir varias veces la puerta con llave desde afuera, ésta nunca se cerró con seguro, quedándoles claro a todos que era necesario hacerlo manualmente desde el interior. Hasta hoy es un enigma del porqué tenía la puerta el seguro puesto si en el interior del museo no había nadie.

Related Posts:

0 comentarios:

Publicar un comentario