En 1872, don Rafael Villalpando, originario de
Aguascalientes, plantó las ceibas de la plaza de la Constitución
Con
la derrota de los conservadores e imperialistas el triunfo liberal la República
federal volvió a establecerse como forma de gobierno en México. Benito Juárez
se hizo cargo de la Presidencia de la República hasta su muerte en 1872.
Hasta
1868 con excepción de Concá, que quedó en territorio de Querétaro, el antiguo
partido de Rioverde tenía los mismos límites. En ese año perdió las hoy
municipalidades de Lagunillas, Rayón y Alaquines, con las que se formó el
partido de Hidalgo.
Para
esa época Rioverde contaba ya con telégrafo. Al principio fue estatal y se
convirtió al federal al tenderse la línea férrea durante la época porfirista.
El
señor Felipe Hernández, vecino del barrio de San Antonio, donó en 1868 una
porción de terreno para la ampliación del panteón. Solamente se recubrió
porque, en la administración municipal del Dr. Carlos Gama Morales (1986/70) al
hacer unas excavaciones en el lugar aparecieron muchas osamentas.
Las tapias
del antiguo cementerio se derribaron en 1869, por disposición del gobernador
del Estado, Juan Bustamante. El espacio se utilizó para construir una rústica
plaza que improvisadamente se convirtió en mercado.
La segunda ampliación, fue
terreno donado por Pablo Verástegui en 1905, la tercera y para la cuarta
ampliación el terreno fue adquirido por el Municipio en 1976.
Una vez que fue
restaurada la república hubo en la región y en el norte del estado
levantamientos de indígenas contra los dueños de las haciendas. Para
combatirlos se organizó un ejército comandado por el general Mariano Escobedo.
El movimiento rebelde fue sofocado al formarse otros batallones en las ciudades
e Rioverde, Matehuala, Salinas y Guadalcazar. El 15 de diciembre de 1869 el
coronel Francisco Narváez, sublevado contra el gobierno local de Mariano
Escobedo entró a Rioverde, abandonó la población a los diez días y huyeron los
miembros del Ayuntamiento.
Por
segunda ocasión, el Gral. Sostenes Rocha fue investigo gobernador del Estado de
San Luis Potosí, en diciembre de 1869. Para ese año la ciudad de Rioverde se
alumbraba con 14 faroles que tenían en su interior cazuelas que consumían la
manteca de puerco por medio de un pabilo. En la década de l870 se empezó a
utilizar el petróleo; la gente acomodada tenía quinqués para alumbrarse, los
demás, aparatos o lámparas de lámina que los hojalateros fabricaban localmente.
El
31 de julio de 1870 se concluyó la construcción de la actual escalera de la
torre de la iglesia de Santa Catarina. La anterior estaba en la notaría, por el
coro.
También
en ese año, don pablo Verástegui de la Vara, propietario de San Diego,
fabricaba no sólo piloncillo sino también azúcar, la que no se vendía en polvo
o cuadrillado sino en forma de pilón de gran tamaño y se expendía al menudeo
partido en trozos.
El
año siguiente (1871) se construyó la planta alta de la casa que perteneció a la
hacienda El Jabalí, situada en la esquina del actual crucero de 5 de mayo y
Moctezuma. En un tiempo ocupó la casa el Hotel Santander. El 18 de agosto de
ese año, don José Francisco Ruiz, su hijo Antonio Ruiz y don Filemón Alvarado,
instalaron la tienda “La Fama” en el lado norte de la plaza de la
Independencia, en aquel entonces Plaza de la Chimoleras.
La
situación social y económica en la región, que venía siendo la misma desde la
época de la Colonia, comenzó a cambiar hasta después de la segunda mitad del
siglo XIX y sobre todo durante la época del Porfiriato. Habitaban la región de
Rioverde ricos hacendados con extensas propiedades; indígenas que fueron siendo
poco a poco incorporados al peonaje en la región (se les encarcelaba por
cualquier delito, se les cobraban multas altas, como no podían pagarlas se
convertían en peones de las haciendas); medianos propietarios avecindados en
las poblaciones de Rioverde y Ciudad Fernández y la gente del pueblo que una
vez perteneció a la Custodia de Santa Catarina y que en parte estaba dedicada a
las artesanías.
En
1872, se convocaron elecciones para presidente de la República. Entre los
candidatos figuraron Benito Juárez y Porfirio Díaz. Resultó triunfador Juárez y
Porfirio Díaz se levantó en armas con el Plan de la Noria, desconociendo la
reelección de Juárez. El 18 de julio del mismo año, murió don Benito Juárez y
conforme a la Constitución de 1857, Sebastián Lerdo de Tejada fue nombrado
presidente de la República.
La
calle del Camposanto se empezó a denominar Reyes a partir de 1872.
El
Gral. Araujo partidario del Plan de la Noria entró a Rioverde donde se
encontraba el gobiernista coronel Manuel Rueda, en la acción falleció Rueda y
10 soldados más. Hubo enfrentamiento en la plaza de la Constitución.
También
en 1872, don Rafael Villalpando, originario de Aguascalientes, plantó las
ceibas de la plaza de la Constitución, y se instaló el reloj de la antigua
torre de la iglesia el 19 de septiembre, que se adquirió con aportaciones de la
comunidad.
En
1873 se creó el Senado de la República, bajo el gobierno de Sebastián Lerdo de
Tejada y se inauguró el ferrocarril México – Veracruz, cuya construcción se
inició durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna.
El
1º de diciembre de 1874, se formó una compañía para construir el camino San luís
– Rioverde. La directiva quedó formada por los señores don Encarnación Ipiña,
don Hilario Manrique de Lara y don Tomás Balmori, como propietarios: don Luis Tenorio,
don Paulo Verástegui y don Abraham Hernández, como suplentes. Se colocaron 92
acciones entre los asistentes, el gobierno del estado a cargo de don Pascual M.
Hernández aportó la suma de $12,000.00 y el 29 de diciembre Ignacio Sáenz
elaboró el plano más antiguo que se conoce de Rioverde.
El
15 de octubre del mismo 1874, María asunción describió en su diario a don Pablo
Verástegui II, como un señor alto, de porte distinguido, cuya tez blanquísima
hacía resaltar sus ojos negros y brillantes, uno de sus párpados caía
ligeramente sobre un ojo, a consecuencia de una caída de caballo, accidente que
le había atrofiado un nervio; afable y cortés, exquisito poeta y afecto a las
letras y quien le obsequió un cédula que lo acreditaba como socio de la
Sociedad La Lonja del 30 de j8lio de 1853, ésta se había formado en 1852.
Digitalización:
José J. Alvarado
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