Don Carlos, "Panchito" t Ricardo;
Don Carlos, inquieto
compro una avioneta al Cap. Guillermo Gilbert, el cual venía desde San Luis
capital para enseñarlo a volar, nuestro campo de aviación estaba frente a los
campos de la minera rio colorado, que no era más que un área de aproximadamente
500 m de largo y unos cincuenta de ancho, desmontada rodeada de mezquites,
zacate y arbustos chaparros, normalmente invadida por chivas o caballos.
Al capitán Gilbert le
gustaba hacer cabriolas con su avioneta y que nosotros en tierra disfrutábamos
con emoción y más le metía cada susto a Don Carlos al realizar descenso en
picada cuando lo traía en adiestramiento.
Un buen día estando por
despegar en la aeropista le dice el cap. Gilbert a don Carlos: -bueno Don Carlos,
ya usted ha guiado la avioneta allá arriba, así que creo que ya es tiempo de
que usted se heche el despegue- Y contaba que Don Carlos se puso nervioso y
veía al frente la pista con algunos terrones sueltos y pequeños hoyancos y el
pastar de los chivos regados por el campo de aviación, y ya la avioneta
funcionando, le contesta don Carlos “ oiga capi, mejor déjemela otra vez allá
arriba, en lo parejito” ante la consabida risotada del Capitán Gilbert.
Ya siendo Don Carlos un
ducho piloto aviador, un buen día convido a don Melitón Godínez a volar y pues el
buen Melitón se la rifa y acepta la invitación. Hago mención de que dicha
avioneta era un monoplaza, con fuselaje forrado con lona y cuero y una palanca
de mando al centro, es decir no tenía volante.
Y pues ahi van nuestros
amigos surcando los aires de Rioverde, Melitón viendo sus naranjales desde el
viento y don Carlos mostrándole cada lugar desde las alturas.
Contó don Melitón que
ese día iba muy contento con don Carlos en su avioneta, y le dice a manera de
halago –oiga don Carlos pues usted ya pilotea re bién esta charchina- y le
contesta don Carlos, con voz socarrona, “si ya la manejo muy bien, aunque todavía
me falla algo pa´ aterrizar”, y Melitón agarrándose a veinte uñas de donde
podía le replica a don Carlos, no le creo, si usted pilotea muy bien y
acercándose a la pista le dice don Carlos, mire como tengo los mezquites “todos
descopetados” donde no le atino.
Melitón dijo con el
pensamiento –ya me llevo la toztada- y comenzó a encomendarse a las once mil
vírgenes y a toda la corte celestial para que aterrizaran con bien, en cuanto
bajó de la avioneta corrió rápidamente a
abonar un mezquite.
Don carlos recibió del
Comandante Roberto Reynoso Parra el patronato de la Cruz Roja, siendo don
Carlos y Max choferes y camilleros a la vez.
Esto anecdotario quise mencionar
brevemente a ese gran fundador de nuestra XEEM.
Ahora
mencionaré a los locutores que también fueron una institución dentro de esta difusora
y que se cuecen aparte, me refiero a los señores:
Armando
Sánchez Herrera
Ricardo
Delgado Herrera
Francisco
Guerrero Guillén
Que
en esos tiempos para obtener la licencia de locutor tenían que presentar un extenso
exámen de conocimientos de cultura
general y si aprobaban se les emitía su licencia.
LIC. IGNACIO CERVANTES ALVAREZ
Fotografia: Salomon Rios Barrientos
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