NACE
LA HACIENDA DE EL JABALI
En el año de 1730 aproximadamente, el Capitán de mar y tierra de los reales
ejércitos de su majestad, Don Bernardo
Lasso de la Vega y Ponce de León[1], compro la estancia de Nuestra señora del
Rosario y poco a poco las propiedades colindantes, formando con ellas la
Hacienda que más tarde llevo el nombre de el Jabalí, quedando dentro de su
perímetro el manantial de “La Media Luna”.
El anterior propietario no utilizaba el agua de la Media Luna, porque
dedicaban las tierras a la cría de animales, pero no cultivaban nada.
Pero al pasar a manos de Don Bernardo, el si abrió las tierras al cultivo y
utilizo el agua del manantial para regar una plantación de azúcar, siendo él
quien introdujo al valle ese cultivo.
El agua del manantial fue mercedada por el virrey Don Juan de Acuña Marqués de Casa Fuerte,
mas tomando en consideración que el agua venia del lugar considerado de
propiedad particular, o sea de la estancia de nuestra señora del Rosario, el
Virrey dispuso que las aguas se repartieran equitativamente entre el dueño de
la estancia (ya era de Don Bernardo), los vecinos de la Villa del Dulce Nombre
y los indios de Rioverde .
Don Bernardo construyo una parte de la casa que existe ahora, siendo
agrandada después de su muerte por su hija única, Doña Ana Lasso de la Vega y Ponce de León[2], casada con el capitán Don Tomas Ramiro de Navarro[3] casa que se termino, según se leía sobre la
puerta de entrada: año del Señor de 1810.
Doña Ana construyo la actual capilla, tanto amo ese lugar, que por
licencia especial está sepultada en la capilla, al lado derecho.
Doña Ana de su matrimonio con Don Tomas Ramiro de Navarro, tuvo dos hijos, Don Pedro Tomas[4] y Don
Francisco Bernardo. Fue casada
en segundas nupcias con el coronel Don
Miguel de Ormachea, solo tuvo tres hijas.
La casa se termino por el mes de abril, y al producirse la guerra de
independencia, llego Herrera, con presos que saco de las cárceles de San Luis
Potosí, y reuniendo a cuanto rufián y desocupado que encontraba, inicio sus
correrías de pillaje que no otra cosa eran, aunque según ellos eran
insurgentes, le toco al Jabalí recibir la visita del atrabiliario Herrera,
saqueo, quemo y dejo a las familias en la más atroz miseria así como a los
habitantes de la Hacienda que no tenían ni que comer.
Como Doña Ana tenia censos con varios conventos, al quedar arruinada,
por lo antes dicho y los años de malas cosechas, tuvo que entregar la Hacienda
de El Jabalí.
Los censos eran hipotecas fingidas pero escrituradas con todos los
agravantes de la ley, y por ello se obligaba al censatario a pagar anualmente,
un 5% de la cantidad censada.
Doña Ana murió en el año de 1832 y en 1836 salió la hacienda de manos
de los descendientes de Don Bernardo, pero no para siempre, pues al ponerse de
acuerdo los acreedores le pasaron la hacienda al general Vital Fernández (este general figuró mucho en la guerra de
independencia y era gobernador de Tamaulipas) puso de administrador de la
hacienda al joven español, Don José
María Verastegui y Ochoa de Ysusi, al cual por no hacer los fatigosos y
peligrosos viajes, se la vendió en $80.00 pesos y fiada.
Como Don José María se caso
con Doña Inés de la Concepción Navarro[5] y Arcos,
hija de Don Francisco Navarro Lasso de la Vega[6], la propiedad volvió a la familia de Don
Bernardo.
Al morir Don José María en 1873,
quedo la hacienda en manos de Doña Inés
que tenía raros dotes para administrar y escoger gentes inteligentes y capaces
para los distintos cargos a los que los destinaba.
Los hijos de Don José María y Doña
Inés fueron: Jacobo, Gonzalo, Juan Francisco y Franco Félix. Este último
les compro a sus hermanos y a Doña Inés la parte que les correspondía y se
quedo con ella, le hizo grandes mejoras tanto a la casa como a la propiedad en
general.
Este señor Franco Verastegui,
fue el que con su entusiasmo y dinero consiguió que se hiciera el ramal del
ferrocarril desde San Bartola a Río verde. Así el Jabalí le cabe el orgullo de
que unos de sus hijos haya sido el benefactor de Río verde.
Investigación Lic. Elena Rodríguez de la Tejera
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