Iglesia de Alaquines
N ació don Esteban Moctezuma en el rancho de Tortugas, de la parroquia de Alaquines (que todavía en esa época pertenecía al partido de Rioverde) como consta en su partida de bautismo.
Al margen un sello que dice: Curato y
Juzgado Eclesiástico de San José de Alaquines.
Debajo del sello: Esteban. Español:
Tortugas.
“En cinco de agosto de 1779 en esta
parroquia de Alaquines, yo, Fr. Jacinto Martínez, de esta, exorcicé y puso
óleo, crisma, bauticé a José Esteban, español, originario de Tortugas, hijo
legítimo de José Antonio Moctezuma y de Juana Barcena. Fueron padrinos Santiago
Moctezuma y Luz Moctezuma, a quien advertí su obligación y parentesco contraído
para que conste lo firmé. Fr. Jacinto Martínez.”
La hoja de servicios del general
Moctezuma que existe en el departamento de “cancelado” de la Secretaría de la
Defensa refiere:
Esteban Moctezuma.- Fue originario del
Valle del Maíz, S. L. P., su estado civil casado. A los 40 años de edad causó
alta como soldado, el 10 de octubre de 1810, en Lanceros de San Luis, del
Regimiento número 5 de Querétaro, Qro. El Primero de junio de 1812 fue
ascendido a cabo. El 1º de julio de 1813 a sargento. El 19 de noviembre de 1814
obtuvo el grado de alférez. El 25 de febrero de 1817 fue ascendido a capitán
graduado. El 16 de noviembre de 1818 fue ascendido a teniente coronel graduado.
El 12 de diciembre de 1821 obtuvo el grado de coronel. El 24 de noviembre
ascendió a General de Brigada, En 15 de abril de 1834 ascendió a General de
División. Participó en dieciocho acciones de guerra, no existen datos de la
fecha de su baja en el ejército.”
Don Esteban no tenía por donde ser
“español” y lo probable que alguno de sus antepasados indios llevaba, como se
estilaba en aquellos tiempos, el apellido de su padrino.
La leyenda (y también alguno de sus
hechos) rodea a este hombre de una aureola de fuerza y osadía. Cuéntese que su
fuerza era tan grande, que haciendo uso de su lanza en los combates ensartaba a
sus enemigos y los levantaba en vilo del caballo que montaban, y del suelo si
el infeliz elegido por el destino era soldado de infantería.
Como osado, se dice de él que en
muchas ocasiones venció a un enemigo muy superior en número, atacándolo por
sorpresa y empeñándose luego en un encarnizado combate, alcanzando casi siempre
la victoria.
De su aspecto físico se cuenta que era
un hombre muy alto, delgado, pero membrudo y el color de su tez tan oscuro que
más bien parecía mulato. (Otro dato más para negar que fuera “español”.)
En sus mocedades tenía el alma del
color de su piel; más cuando se hubo “civilizado” un tanto, después cambió en
la moral.
En su hoja de servicios se anota que
causó alta a la edad de 40 años, lo cual era inexacto: puesto que tenía, según
su fe de bautismo, 31 años, dos meses y cinco días. Una prueba de su ferocidad
la tenemos en lo que enseguida se “expone”:
“Don esteban Moctezuma, que después
fue Gral. De la República, acompañó al entonces capitán don Antonio Bustamante
al sitio de Cuautla en calidad de asistente.
Al ser roto el cerco por la fuerzas
del general Morelos, los realistas emprendieron la persecución de los fugitivos
y al terminar ésta, al regresar a Cuautla, Moctezuma iba rematando con su lanza
a las mujeres que encontraba heridas en el camino, cuyo acto de crueldad le
reprendió Bustamante, a quien he oído referir el suceso de su propia boca”
(Alamán).
El 15 de junio de 1817 tuvo lugar la
famosa batalla en la Hacienda de Peotillos, en el plan de San Luis, en la que
el Gral. Mina, con sólo ciento sesenta y dos hombres, derrotó al coronel
el realista Armiñán que contaba con una fuerza de seis cientos ochenta infantes
y mil cuatrocientos caballos.
Al atacar la gente de Mina con el
valor de la desesperación, dio una carga a bayoneta en tan furiosa acometida, que
no pudiéndola resistir la caballería de Rioverde, espantada cayendo sobre su
propia infantería, la que a su vez se desordenó y emprendió la fuga en todas direcciones,
haciendo más fácil el triunfo para Mina.
Los lanceros de Rioverde, de los
cuales era capitán graduado don Esteban, fueron los primeros en echarse a
correr y en compañía de su jefe, que lo era el coronel Piedras; no pararon sino
hasta llegar a la “querencia”, es decir, a Rioverde.
Echos de Armas en Rioverde. E.V. por Jose de Jesus Alvarado Orozco
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