martes, 25 de septiembre de 2018

En 1812, atacó la población de RV. una partida insurgente con jefe no identificado.

 

El capitán Bengoa no estaba preparado para tal evento y el clásico “albazo” dio el triunfo a los rebeldes habiendo tenido que huir los realistas rumbo a Ciudad del Maíz, perdiendo dos cañones y algunos fusiles. El capitán Bengoa resultó herido en el vientre “de un lanzazo o balazo” según reza el informe.

Siguiendo la costumbre establecida, los insurrectos saquearon el pueblo y se retiraron a la hacienda del jabalí para reponerse de las fatigas de la campaña; más no perdieron el tiempo, ya que dejaron casi en cueros a los propietarios, según manifestó después don Miguel de Ormaechea, segundo marido de la tatarabuela del que esto escribe.

Los derrotados realistas recibieron refuerzos que les envió el coronel Arredondo desde Tula y como ya eran 600 hombres más, salieron de Ciudad del Maíz avanzando sobre Rioverde con intención de vengar muy caro el ultraje recibido.

Cuando los realistas llegaron a inmediaciones del pueblo fueron informados que desde la antevíspera los insurgentes habían salido de él, y habían cogido el camino de la Sierra Gorda donde por lo fragoso de ella era imposible perseguirlos.

El coronel Landaverde que se había adjudicado el título de gobernador de la Sierra Gorda, fue derrotado y muerto al quince de abril del mismo año de 1812.

Ex Hacienda del Jabali

El parte que rindió el comandante Pedro Junco al coronel Arredondo desde Rioverde dice así; “Destacadas nuestras divisiones desde el valle del Maíz en diversas direcciones para perseguir a los insurgentes que después del ataque a la Plazuela invadieron a Rio Verde y volvieron se a Sierra Gorda, continuaban amenazantes y hostilizando la comarca, recibimos órdenes de su v. s. para que comunicándonos, combináramos las operaciones con el mayor acierto”.

“Nos trasladamos al rancho de San Diego, donde supimos de cierto, que se hallaba el cabecilla Landaverde en compañía de algunas pocos de tres leguas de distancia en una cañada en donde se habían ocultado con sus cargas.”

“En su solicitud al amanecer del día 15 salió el capitán Montes, con 10 de los patriotas y 30 de la colonia del Nuevo Santander, y después de haber andado todo el día, al anochecer se encontraron con el cabecilla, tan cerca, que no tuvo más remedio que echarse súbitamente por la barranca seguido de seis de armas de fuego, dejando a Tomás de la Hera, vecino del Real de Tarjea y a José Reyes, (desertor de la Tropa del Rey) que en su poder se hallaban en clase de presos, el caballo que montaba, ensilladlo y enfrenado, con sable y pistola.”

En este parte omitió el comandante Junco, que Landaverde se mató al caer a la barranca y que el desertor fue fusilado. Con la muerte de Landaverde se cerró el capítulo de acciones de la guerra de Independencia en Rioverde, pues aún cuando en el último tercio del año de 1813 merodeaban en sus inmediaciones algunas partidas de insurgentes, el pueblo no volvió a ser invadido.

Si en este, llamémosle capítulo, se trató extensamente sobre el lego Herrera fue debido a que, aun que sus primeras fechorías no tuvieron lugar en Rioverde, se hacía necesario darlo a conocer tal como era.
Cuando Herrera pasó por Rioverde se fueron con el algunos indios y un don Antonio Badillo, “mestizo”, originario de San José del Tapanco, quien después de la derrota del lego en el Valle del Maíz se presentó a las autoridades militares solicitando perdón, y concedido este, se retractó ante las autoridades eclesiásticas por aquello de la excomunión) entonando el “Mea Culpa”, contrito y arrepentido.

Esta retractación existe en el archivo de la parroquia.
El pueblo siguió dando su contingente de sangre, mas fue por sostener al gobierno español y no para sacudir el yugo que pesaba sobre los mexicanos.

Hechos de Armas en Rioverde. E.V. por Jose de Jesus Alvarado Orozco

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