Casa del Gral. Esteban Moctezuma
Tiempo después, triunfante la revolución el Gral. Moctezuma se retiró a la vida privada, escogiendo para su residencia la población de C. Fernández, trasladándose después a Rioverde y habitó la casa que se encuentra en la esquina noreste de la Plaza de Armas y Mollinedo.
Vino la segunda administración de
Bustamante y con ella el descontento de algunos militares, los que no tardaron
en dar muestras de actividad pronunciándose contra el gobierno centralista.
El 6 de mayo el Gral. Moctezuma hizo
su propio pronunciamiento con los soldados y gente adicta que tenía en la
región.
Habiendo destacado el gobierno del
centro contra los sublevados de San Luis a don Pedro Cortázar con la caballería
del Bajío, estos huyeron de la ciudad al aproximarse las tropas destinadas a
batirlos.
Salido Ugarte de San Luis se dirigió a
la hacienda de Peotillos y de allí a Rioverde para unirse a Moctezuma.
Pronto estuvieron en operación contra
los levantados, Pedro Cortázar con la caballería del Bajío, el Gral. Amador con
mil hombres y el Gral. Paredes y Arrillaga con cuatrocientos de Jalisco.
Paredes que vino por la sierra, se
posesionó de la hacienda de San Diego y el día 26 avanzó en dirección a la
Villa de Santa Elena en cuyos suburbios tenía su campo Moctezuma.
Este hizo una salida de reconocimiento
y se puso en con5acto con el enemigo en el potrero de la hacienda de un lugar
que después se conoció (y se conoce) como “Puerta de la Guerra”. Después de un
ligero tiroteo Moctezuma se retiró a Ciudad Fernández, viniendo Paredes en su
seguimiento y ya cerca de la población fingió retirarse para obligar a
Moctezuma a salir fuera de sus fortificaciones, lo que consiguió pues este
llevando de su carácter impetuoso, cargó sobre el enemigo con su caballería
compuesta de algo más de 200 hombres.
Paredes desplegó en batalla sus
fuerzas muy superiores a las de Moctezuma, trabándose reñida acción en la que
la tropa de este último, se vieron flanqueados por los soldados de Paredes que
se encontraban ocultas entre las milpas.
Este combate fue fatal para los
pronunciados; pues tuvieron muchos muertos, entre ellos el propio Gral. Esteban
Moctezuma.
El parte rendido al gobernador del
Estado por el comandante militar de la capital, es como sigue: Excelentísimo
señor. En este momento (la una de la mañana) acabó de recibir del Gral. Paredes
Arrillaga la comunicación siguiente: “A las 5 de la tarde con un número de
caballería he derrotado completamente a los facciosos que me atacaron en número
de 260 hombres al mando del Gral. Moctezuma. Este murió en unión de varios
jefes, oficiales y muchos soldados de los disidentes y el resto se ha
dispersado en varias direcciones.”
“Este triunfo obtenido por las armas
del gobierno me apresuro comunicar a Vuestra señoría para su satisfacción,
teniéndola yo en repetirle las protestas de mi aprecio.- Dios y libertad.- En
los suburbios de Ciudad Fernández, a las 7 de la noche del 26 de mayo de 1837.-
Firma Mariano Paredes y Arrillaga.”
En carta particular dirigida por el
coronel Juan Morales al mismo comandante le dice: “Esta tarde a las 5 hemos destrozado
260 caballos del enemigo: la mortalidad ha sido mucha; pero más los heridos y
muertos completamente Moctezuma. Creo que esta noche se rendirá la infantería
que está en el cementerio (del templo de Santa Elena). Esta noticia de la
vuestra al excelentísimo señor Gobernador y muy oportunamente le escribiré
todo, concluyendo por ahora con repetirme su apreciable amigo que s. m. t. Juan
Morales.”
Hay algo que asombra en lo que se deja
relatado; que el correo haya cubierto la distancia de 30 leguas que hay de
Rioverde a San Luis, por el camino de herradura del “Hiladero” en seis horas.
Con tres buenos caballos, el que esto
escribe ha hecho el recorrido en once horas, y aun suponiendo que el correo
haya contado con buenas cabalgaduras de relevo, no cabe duda de que batió
record.
Alguien, refiriéndose a este hecho de
armas dijo que Moctezuma había sido muerto por la espalda; más la tradición
dice que Moctezuma corriendo a caballo ensartó con su lanza a un sargento de
las fuerzas gobiernistas, lo levantó del caballo y con la fuerza del impacto,
el herido se deslizó por el asta de la lanza y alcanzó, ya en agonía a
descargar un sablazo en la cabeza de su antagonista, quedando muertos los dos
en el sitio.
El que esto escribe, conocedor de este
detalle cuando concurría a la primaria por 1914, curioseando en el cementerio (municipal
de Rioverde) encontré rota la vieja bóveda que encerraba los restos del Gral.
Moctezuma, y atisbando al interior, logré ver el cráneo, casi todavía entero
que tenía una gran abertura en el frontal.
Más hay algo que causas confusión y no
esclarece la verdad de lo que sucedió Recogido del campo de batalla el cadáver
de Moctezuma por Paredes, fue enviado a sus parciales, atravesado en una mula
que era conducida por un prisionero, con objeto de que le dieran sepultura,
cosa que estuvo a punto de no lograrse; pues la soldadesca, sin que en ello
tomara parte Paredes y Arrillaga, mutiló el cuerpo del Gral., enemigo hasta
dejarlo irreconocible.
Don Carlos Ma. Bustamante en su obra Cuatro Histórico, confirma la mutilación
con el párrafo siguiente:
“ por acaso encontré en Palacio al
general Paredes y después de haberlo felicitado por su triunfo le pregunté, por
chanza, que funerales le había hecho a Moctezuma y me respondió: Hice poner su
cadáver en una mula aparejada y con un prisionero lo mandé a los de su facción
para que lo enterrasen; más ellos dijeron que ese no era el cadáver de su
caudillo, sino de un cómico llamado Contreras y por éste, lo echaron en un pozo
cubriéndolo con tierra y zacate más al tercer día, convencidos de que era el
mismo Moctezuma lo sacaron corrompido y tanto, que un pie se quedó en el pozo
pues ya se deshacía.”
Lo que dijo Paredes a Bustamante no es
verdad en lo que se refiere al entierro de Moctezuma. Aunque la muerte ocurrió
en el mes de mayo, tres días no era suficiente para que el cadáver entrara en
putrefacción.
El acta de enterramiento que existe en
la parroquia asienta que Moctezuma fue enterrado el 1º de junio, es decir, seis
días después de su muerte.
Como se le hicieron exequias de
primera, con cruz alta y campanas ya nos podemos suponer que en aquel tiempo,
que no se contaba con elementos para combatir la peste, los conductores del
cuerpo y por supuesto los que formaban el acompañamiento tendrían forzosamente
que llevar cubierta la nariz.
¿La abertura del cráneo fue la causa
de la muerte de Moctezuma por el sablazo del sargento gobiernista? ¿Fue causada
por los golpes de arma recibidos por el cadáver de manos de la enfurecida
soldadesca? Esto no se supo y menos se sabrá ahora que, destruidas las bóvedas
en 1940, los restos del Gral., defensor de la Federación fueron arrojados al
osario.
El sitio en que fue muerto Moctezuma,
cerca del cementerio municipal de Ciudad Fernández, como a trescientos metros
al oriente de éste, estuvo marcado por un montón de piedras que creció bastante
debido a la costumbre que tenían los viandantes de arrojar una piedd5ra, “un
padre nuestro”, cuando encontraban uno de esos túmulos que indicaban que
alguien había muerto en ese sitio, de muerte violenta.
El que esto escribe conoció el montón
de piedras, y por su padre supo de este hecho de armas, conservado por la
tradición de familia, ya que la hacienda de San Diego era propiedad de su tío
Paulo, y en el Potrero de la mencionada hacienda tuvo lugar el primer contacto
de las fuerzas contendientes, como lo amerita el nombre de “Puerta de la
Guerra”, que recibió el sitio del encuentro, aunque muchos ignoren el porqué de
esa denominación.
Una gruesa cruz conmemorativa, aunque
no precisamente en el lugar en que fue muerto Moctezuma, fue erigida por la
piedad de los creyentes; cruz que por muchos años fue conocida como la “Cruz
Gorda” aludiendo probablemente al grosor de la madera.
Muy pocas personas sabrían, acaso, el
porqué de esa cruz en el crucero la “T” que forma el camino que lleva a
Callejones, pasando frente al cementerio municipal de ciudad Fernández. Ahora
menos deben saberlo, ya que la primitiva cruz, carcomida por el tiempo, a pesar
de ser de mezquite, fue sustituida por otra de la misma madera pero que no
tiene nada de “gorda”.
Tal es la historia del Gral.
Moctezuma; primero realista cruel, después más humanizado como lo hemos visto
ya en este relato, fue defensor del sistema federal.
El que salió ganando en la contienda
fue don Antonio López de Santa Anna, quien terminó por echar a don Anastasio
Bustamante de la silla presidencial
Tanto uno como el otro fueron de los
que chaquetearon con Iturbide, realistas de “hueso colorado” en una época,
“libertadores” más tarde, es decir, oportunistas.
Echos de Armas en Rioverde. E. V. por Jose de Jesus Alvarado Orozco
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