viernes, 28 de septiembre de 2018

Retiro del Gral. Esteban Moctezuma a Rioverde.

Casa del Gral. Esteban Moctezuma 

Tiempo después, triunfante la revolución el Gral. Moctezuma se retiró a la vida privada, escogiendo para su residencia la población de C. Fernández, trasladándose después a Rioverde y habitó la casa que se encuentra en la esquina noreste de la Plaza de Armas y Mollinedo.


Vino la segunda administración de Bustamante y con ella el descontento de algunos militares, los que no tardaron en dar muestras de actividad pronunciándose contra el gobierno centralista.

El 6 de mayo el Gral. Moctezuma hizo su propio pronunciamiento con los soldados y gente adicta que tenía en la región.

Habiendo destacado el gobierno del centro contra los sublevados de San Luis a don Pedro Cortázar con la caballería del Bajío, estos huyeron de la ciudad al aproximarse las tropas destinadas a batirlos.

Salido Ugarte de San Luis se dirigió a la hacienda de Peotillos y de allí a Rioverde para unirse a Moctezuma.

Pronto estuvieron en operación contra los levantados, Pedro Cortázar con la caballería del Bajío, el Gral. Amador con mil hombres y el Gral. Paredes y Arrillaga con cuatrocientos de Jalisco.

Paredes que vino por la sierra, se posesionó de la hacienda de San Diego y el día 26 avanzó en dirección a la Villa de Santa Elena en cuyos suburbios tenía su campo Moctezuma.

Este hizo una salida de reconocimiento y se puso en con5acto con el enemigo en el potrero de la hacienda de un lugar que después se conoció (y se conoce) como “Puerta de la Guerra”. Después de un ligero tiroteo Moctezuma se retiró a Ciudad Fernández, viniendo Paredes en su seguimiento y ya cerca de la población fingió retirarse para obligar a Moctezuma a salir fuera de sus fortificaciones, lo que consiguió pues este llevando de su carácter impetuoso, cargó sobre el enemigo con su caballería compuesta de algo más de 200 hombres.

Paredes desplegó en batalla sus fuerzas muy superiores a las de Moctezuma, trabándose reñida acción en la que la tropa de este último, se vieron flanqueados por los soldados de Paredes que se encontraban ocultas entre las milpas.

Este combate fue fatal para los pronunciados; pues tuvieron muchos muertos, entre ellos el propio Gral. Esteban Moctezuma.

El parte rendido al gobernador del Estado por el comandante militar de la capital, es como sigue: Excelentísimo señor. En este momento (la una de la mañana) acabó de recibir del Gral. Paredes Arrillaga la comunicación siguiente: “A las 5 de la tarde con un número de caballería he derrotado completamente a los facciosos que me atacaron en número de 260 hombres al mando del Gral. Moctezuma. Este murió en unión de varios jefes, oficiales y muchos soldados de los disidentes y el resto se ha dispersado en varias direcciones.”

“Este triunfo obtenido por las armas del gobierno me apresuro comunicar a Vuestra señoría para su satisfacción, teniéndola yo en repetirle las protestas de mi aprecio.- Dios y libertad.- En los suburbios de Ciudad Fernández, a las 7 de la noche del 26 de mayo de 1837.- Firma Mariano Paredes y Arrillaga.”

En carta particular dirigida por el coronel Juan Morales al mismo comandante le dice: “Esta tarde a las 5 hemos destrozado 260 caballos del enemigo: la mortalidad ha sido mucha; pero más los heridos y muertos completamente Moctezuma. Creo que esta noche se rendirá la infantería que está en el cementerio (del templo de Santa Elena). Esta noticia de la vuestra al excelentísimo señor Gobernador y muy oportunamente le escribiré todo, concluyendo por ahora con repetirme su apreciable amigo que s. m. t. Juan Morales.”

Hay algo que asombra en lo que se deja relatado; que el correo haya cubierto la distancia de 30 leguas que hay de Rioverde a San Luis, por el camino de herradura del “Hiladero” en seis horas.

Con tres buenos caballos, el que esto escribe ha hecho el recorrido en once horas, y aun suponiendo que el correo haya contado con buenas cabalgaduras de relevo, no cabe duda de que batió record.

Alguien, refiriéndose a este hecho de armas dijo que Moctezuma había sido muerto por la espalda; más la tradición dice que Moctezuma corriendo a caballo ensartó con su lanza a un sargento de las fuerzas gobiernistas, lo levantó del caballo y con la fuerza del impacto, el herido se deslizó por el asta de la lanza y alcanzó, ya en agonía a descargar un sablazo en la cabeza de su antagonista, quedando muertos los dos en el sitio.

El que esto escribe, conocedor de este detalle cuando concurría a la primaria por 1914, curioseando en el cementerio (municipal de Rioverde) encontré rota la vieja bóveda que encerraba los restos del Gral. Moctezuma, y atisbando al interior, logré ver el cráneo, casi todavía entero que tenía una gran abertura en el frontal.

Más hay algo que causas confusión y no esclarece la verdad de lo que sucedió Recogido del campo de batalla el cadáver de Moctezuma por Paredes, fue enviado a sus parciales, atravesado en una mula que era conducida por un prisionero, con objeto de que le dieran sepultura, cosa que estuvo a punto de no lograrse; pues la soldadesca, sin que en ello tomara parte Paredes y Arrillaga, mutiló el cuerpo del Gral., enemigo hasta dejarlo irreconocible.

Don Carlos Ma. Bustamante en su obra Cuatro Histórico, confirma la mutilación con el párrafo siguiente:
“ por acaso encontré en Palacio al general Paredes y después de haberlo felicitado por su triunfo le pregunté, por chanza, que funerales le había hecho a Moctezuma y me respondió: Hice poner su cadáver en una mula aparejada y con un prisionero lo mandé a los de su facción para que lo enterrasen; más ellos dijeron que ese no era el cadáver de su caudillo, sino de un cómico llamado Contreras y por éste, lo echaron en un pozo cubriéndolo con tierra y zacate más al tercer día, convencidos de que era el mismo Moctezuma lo sacaron corrompido y tanto, que un pie se quedó en el pozo pues ya se deshacía.”

Lo que dijo Paredes a Bustamante no es verdad en lo que se refiere al entierro de Moctezuma. Aunque la muerte ocurrió en el mes de mayo, tres días no era suficiente para que el cadáver entrara en putrefacción.

El acta de enterramiento que existe en la parroquia asienta que Moctezuma fue enterrado el 1º de junio, es decir, seis días después de su muerte.

Como se le hicieron exequias de primera, con cruz alta y campanas ya nos podemos suponer que en aquel tiempo, que no se contaba con elementos para combatir la peste, los conductores del cuerpo y por supuesto los que formaban el acompañamiento tendrían forzosamente que llevar cubierta la nariz.

¿La abertura del cráneo fue la causa de la muerte de Moctezuma por el sablazo del sargento gobiernista? ¿Fue causada por los golpes de arma recibidos por el cadáver de manos de la enfurecida soldadesca? Esto no se supo y menos se sabrá ahora que, destruidas las bóvedas en 1940, los restos del Gral., defensor de la Federación fueron arrojados al osario.

El sitio en que fue muerto Moctezuma, cerca del cementerio municipal de Ciudad Fernández, como a trescientos metros al oriente de éste, estuvo marcado por un montón de piedras que creció bastante debido a la costumbre que tenían los viandantes de arrojar una piedd5ra, “un padre nuestro”, cuando encontraban uno de esos túmulos que indicaban que alguien había muerto en ese sitio, de muerte violenta.

El que esto escribe conoció el montón de piedras, y por su padre supo de este hecho de armas, conservado por la tradición de familia, ya que la hacienda de San Diego era propiedad de su tío Paulo, y en el Potrero de la mencionada hacienda tuvo lugar el primer contacto de las fuerzas contendientes, como lo amerita el nombre de “Puerta de la Guerra”, que recibió el sitio del encuentro, aunque muchos ignoren el porqué de esa denominación.

Una gruesa cruz conmemorativa, aunque no precisamente en el lugar en que fue muerto Moctezuma, fue erigida por la piedad de los creyentes; cruz que por muchos años fue conocida como la “Cruz Gorda” aludiendo probablemente al grosor de la madera.

Muy pocas personas sabrían, acaso, el porqué de esa cruz en el crucero la “T” que forma el camino que lleva a Callejones, pasando frente al cementerio municipal de ciudad Fernández. Ahora menos deben saberlo, ya que la primitiva cruz, carcomida por el tiempo, a pesar de ser de mezquite, fue sustituida por otra de la misma madera pero que no tiene nada de “gorda”.

Tal es la historia del Gral. Moctezuma; primero realista cruel, después más humanizado como lo hemos visto ya en este relato, fue defensor del sistema federal.
El que salió ganando en la contienda fue don Antonio López de Santa Anna, quien terminó por echar a don Anastasio Bustamante de la silla presidencial
Tanto uno como el otro fueron de los que chaquetearon con Iturbide, realistas de “hueso colorado” en una época, “libertadores” más tarde, es decir, oportunistas.


Echos de Armas en Rioverde. E. V. por Jose de Jesus Alvarado Orozco

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