miércoles, 15 de junio de 2016

Parte 2/6 - La vida cotidiana de los de la Tejera


Enrique de la Tejera Navarro

El 1 de Noviembre de ese mismo año, don Baldomero de la Tejera, en calidad de Albacea de la testamentaria de su señor padre, presentó al Juzgado de Primera Instancia la Cuenta de Liquidación y el Proyecto de División y Partición de los bienes del caudal hereditario; y acordaron en primer término pagar a doña Fermina por sus gananciales la suma de $27,000.00 pesos, correspondientes a la mitad de la herencia, con las 1,859 hectáreas que conformaban la Hacienda de Plazuela.

Una familia de la Tejera

Del resto, dos casas fueron adjudicadas a doña María de la Tejera, una a la menor Esther de la Peña, y bajo el régimen de propiedad en común, recibieron doña Elodia, doña Isabel, doña Gudelia, doña Delfina y sus hermanos, don Ismael, don Baldomero, don Enrique y don Diódoro la casa paterna, el solar de la calle Escandón, una casa en Rayón, la Hacienda de Obrajero, con una extensión de 2,578 hectáreas.

Don Baldomero de la Tejera

El duelo por la muerte de don Manuel vino acompañado de la intensa zozobra que causó la Revolución Mexicana: movimiento social fraguado por intelectuales y accionado por campesinos y obreros en reclamo de un gobierno demócrata, repartición de las haciendas en ejidos, y equidad en la distribución de la riqueza. Terminar con el orden socio – económico que implantó por tres décadas el régimen del Gral. Díaz, desangró al país con un millón de muertos.

 Delfina de la Tejera de Nuñez, Isabel (religiosa), Gudelia de la T. de Alvarado 
hijas de Manuel de la Tejera Oruña y de Fermina Navarro.

La familia de la Tejera, beneficiada de ese orden, tuvo que salvaguardarse de las tropelías de Magdaleno Cedillo, y se radicó temporalmente en la apacible ciudad de Querétaro.

JOSÉ GUILLERMO ALVARADO OROZCO
Rioverde, SLP 1 de Julio de 1996


Fotografía: Elena Rodríguez de la Tejera

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