lunes, 23 de mayo de 2016

El viaje a Tampico navegando por el rio verde



El Rio Verde

El Doctor Eleno Cervantes fue uno de los pocos que se atrevían a desafiar las aguas del río Verde crecido. Parece ingenuo, pero era deporte de los sanos rioverdenses del siglo XIX.

 Tal vez, con la nostalgia del mar, de la Armada Nacional, el doctor encargó la construcción de una barca a la que bautizó como “La Descubridora”.

Rio, solki y tren

Con el proyecto de que,  en una creciente, llegaría a Tampico; para lo cual se asoció con Anacleto Pedraza y un negro quien había sido marinero, y en fechas recientes había llegado a la población.

No tardó en venirse la época de las lluvias, y el río se encajonó. Botaron la barca cargada de provisiones; sin embargo, el agua formó remolinos y el bote zozobró.

Rio y puente

El agua le arrancó la ropa al terapeuta pero logró salir. Por su parte, el negro también nadó, aunque con dificultad pero se salvó.

En cambio, el agua se llevó a Anacleto Pedraza. El doctor lo buscó hasta  la noche. Cuando regresó exclamaba ¡Sin duda que Pedraza se ahoga! Frase que se hizo del dominio popular hasta la primera década del siglo XX y que se pronunciaba cuando se creía que un asunto, no iba a salir bien.

Dr. Salvador Gallardo

El Dr. Salvador Gallardo, refiere: que su origen fue una apuesta con otro señor de apellido Pedraza, por mal nombre “Chepe Judas” al que lo hubieron de rescatar de la corriente.

El doctor Cervantes después de salir y buscarlo en traje adánico, exclamaba la expresión que hizo fortuna y que se ha repetido por varias generaciones, viniera al caso o no. 

Panoramica


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Fotografía: Elena Rodriguez de la Tejera

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