Por la supercarretera que va de la carretera 57 a Rioverde, cierta noche de 2014, venía conduciendo de San Luis Potosí a la ciudad de Rioverde, después de pasar la caseta de peaje de Cerritos y antes de iniciar el ascenso a una parte de la sierra, noté que un vehículo venía como a 100 metros atrás de mí, a la misma velocidad y con las luces altas encendi-das.
Yo conducía una camioneta
Pilot de la Honda, iba a 130 kph. y me acompañaba mi esposa en el asiento del
copi-loto, le comenté a ella que el auto que venía atrás no bajaba las luces
altas y que ya tenía rato atrás de mí, moví el es-pejo lateral y el retrovisor
para que no me molestara la luz en los ojos y seguí conduciendo a la misma
velocidad por unos cinco minutos más.
El vehículo seguía conservando
la misma distancia, decidí acelerar para dejarlo atrás porque me dije: este no
es buen conductor, ¡Nunca va a poner las luces bajas! y empecé suavemente a
aumentar la velocidad, vi entonces que
el vehículo continuaba atrás y conservando la misma distancia.
Como ya venía a 150 kph. le
dije a mi esposa que el vehículo todavía nos seguía, ella volteó a verlo por la
ven-tana trasera y dijo: ¡Ya déjalo que se pase!, le contesté: ¡Des-pués de
subir ese cerro lo dejo pasar! ¡Ya me fastidió que no baja las luces!
Pensé en dejarlo pasar una vez
bajando el cerro, el cual tiene una pendiente muy prolongada, me dije
bro-meando: ¡Ahorita que pases me voy a ir atrás de ti, con las luces altas,
para que veas lo que se siente! Yo sabía que las luces de la camioneta que conducía
tenían unas luces altas muy potentes, como el doble de las que tenía el
vehículo que me seguía.
Al iniciar el descenso de la
pendiente disminuí la ve-locidad hasta llegar como a 90 kph y le di el pase con
la direccional, seguí por el espejo lateral la conducta del auto que venía
atrás, éste se pasó al carril contrario para rebasar y le dije a mi esposa:
¡Ahí va!, por el espejo vi sus luces a un lado de la parte trasera de mi
camioneta, como las luces a un lado no encandilan tanto como de frente, noté que
el vehículo tenía faros como los que usan las camionetas Jeep, sorprendido le
dije a mi esposa: ¡Es una jeep!
Fotografia: Elena Rodriguez de la Tejera.
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