martes, 8 de noviembre de 2016

Parte 7 de 7 - Historia de la Hacienda de San Isidro



En 1954, mediante un proceso de nacionalización de la industria eléctrica, la Comisión Federal de Electricidad adquirió el equipo, cuarto de máquinas y demás bienes de la antigua planta; así mismo absorbió al personal, procedió a su reacomodo e inició la ampliación de redes de distribución.


Además, realizó el cambio de contrataciones de las instalaciones caseras. La antigua planta dejó de trabajar el 1º de mayo de 1955, cuando fue sustituida por la unidad que construyó la Comisión Federal de Electricidad en la prolongación de Aldama, donde dos máquinas diesel generaron electricidad: una inglesa y la otra suiza, y se mejoró el servicio.


Después se construyó otra unidad en la prolongación de la calle Bravo, donde se instalaron cuatro generadores. A pesar de eso, aún en los años cincuenta y sesenta había frecuentes apagones, por consiguiente había que encender los quinqués; lo que después de todo, ya no era novedad.


El Lic. Lorenzo Nieto era encargado de la asociación civil, adquirió La Planta de la exhacienda de San Isidro, con su área arbolada, sus canales y el río aún sin descargas contaminantes que mandó reforestar, fue uno de los lugares más hermosos de la región; en una época, el recreo más popular donde las familias disfrutaban del agua del río, los canales y sus fuentes. El Lic. Lorenzo Nieto Pro adquirió las dos hectáreas circunvecinas, y les dio mantenimiento con vigilancia y el trabajo de una cuadrilla de trabajadores, permitía la entrada al visitante solo con la solicitud en su despacho;


además reforestó el lugar, instaló fuentes artísticas que lanzaban agua a una altura de cinco metros, cientos de árboles, mesas campestres, bancas, fogones, arroyuelos. Había un almacén de agua de 10X5 m que servía para regular el agua de la hidroeléctrica, y en el cuarto de máquinas anotada las marcas hasta donde llegó la creciente en los ciclones de 15 y 26 de septiembre de 1933 y 1955, respectivamente. Los jueves y domingos numerosas familias de diferentes municipios visitaban la Planta turística.


En realidad el cuarto de máquinas y casco de la hacienda estuvo abandonado por muchos años. Aquí es cuando aparece Julio Flores quien regenteaba el que fuera el Hotel Palma, de la calle Cinco de Mayo No. 9, con el nombre de Posada San José. Antes que la adquiera don José Romo. 


Fue sorprendente, cómo de pronto Julio Flores adquirió el casco de la exhacienda de San Isidro; la reconstruyó, la amuebló y la decoró con antigüedades. Ahí vivía, tenía cuatro trabajadores quienes habitaban casas cada una en las cuatro esquinas de la finca, por eso se sentía seguro. Donde se realizaron fiestas con personalidades hasta donde se presentó Juan Gabriel entre otros.

Lic. Jose de Jesus Alvarado Orozco
Fotografía; Juan González de Amadeus
Modelo: Marisa Barragan Ugalde

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