En 1954, mediante un proceso de nacionalización de la
industria eléctrica, la Comisión Federal de Electricidad adquirió el equipo,
cuarto de máquinas y demás bienes de la antigua planta; así mismo absorbió al
personal, procedió a su reacomodo e inició la ampliación de redes de
distribución.
Además, realizó el cambio de contrataciones de las
instalaciones caseras. La antigua planta dejó de trabajar el 1º de mayo de
1955, cuando fue sustituida por la unidad que construyó la Comisión Federal de
Electricidad en la prolongación de Aldama, donde dos máquinas diesel generaron
electricidad: una inglesa y la otra suiza, y se mejoró el servicio.
Después se construyó otra unidad en la prolongación de la
calle Bravo, donde se instalaron cuatro generadores. A pesar de eso, aún en los
años cincuenta y sesenta había frecuentes apagones, por consiguiente había que
encender los quinqués; lo que después de todo, ya no era novedad.
El Lic. Lorenzo Nieto era encargado de la asociación civil,
adquirió La Planta de la exhacienda de San Isidro, con su área arbolada, sus
canales y el río aún sin descargas contaminantes que mandó reforestar, fue uno
de los lugares más hermosos de la región; en una época, el recreo más popular
donde las familias disfrutaban del agua del río, los canales y sus fuentes. El
Lic. Lorenzo Nieto Pro adquirió las
dos hectáreas circunvecinas, y les dio mantenimiento con vigilancia y el
trabajo de una cuadrilla de trabajadores, permitía la entrada al visitante solo
con la solicitud en su despacho;
además reforestó el lugar, instaló fuentes artísticas que
lanzaban agua a una altura de cinco metros, cientos de árboles, mesas
campestres, bancas, fogones, arroyuelos. Había un almacén de agua de 10X5 m que
servía para regular el agua de la hidroeléctrica, y en el cuarto de máquinas
anotada las marcas hasta donde llegó la creciente en los ciclones de 15 y 26 de
septiembre de 1933 y 1955, respectivamente. Los jueves y domingos numerosas
familias de diferentes municipios visitaban la Planta turística.
En realidad el cuarto de máquinas y casco de la hacienda
estuvo abandonado por muchos años. Aquí es cuando aparece Julio Flores quien regenteaba el que fuera el Hotel Palma, de la calle Cinco de Mayo No. 9, con el
nombre de Posada San José. Antes que la adquiera don José Romo.
Fue sorprendente, cómo de pronto Julio Flores adquirió el
casco de la exhacienda de San Isidro; la reconstruyó, la amuebló y la decoró
con antigüedades. Ahí vivía, tenía cuatro trabajadores quienes habitaban casas
cada una en las cuatro esquinas de la finca, por eso se sentía seguro. Donde se
realizaron fiestas con personalidades hasta donde se presentó Juan Gabriel entre
otros.
Lic. Jose de Jesus Alvarado Orozco
Fotografía; Juan González de Amadeus
Modelo: Marisa Barragan Ugalde
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