Fue el caso de Enriqueta, quien se acomodaría bien en la
vorágine del cine y pasaría a la inmortalidad como Ligia de Golconda, su nombre
artístico y seudónimo con un misterio posiblemente no revelado.
Para 1923 es justamente reconocida en otros países como una
estrella mexicana del cine, pues aparece en las principales planas de la
revista española Cine Mundial, en su edición del mes de enero, a la par de
artistas estadounidenses de la talla de Ruth Roland, Priscilla Dean y Shirley
Mason, y de la europea Evelyn Greeley.
Para el mes de septiembre, la misma revista da a conocer que
Ligia se ha anunciado en un teatro de los Ángeles como la Sarah Bernhardt de la
Lengua española y eligió para su beneficio “La Dama de las Camelias”, que aquí
(en España) titulan “Camila”.
Ligia de Golconda
actuó en películas silentes o mudas como El escándalo (1920), Amnesia (1921),
Fulguración de Raza (1922), de Eduardo Martorell; y La gran noticia (1923), de
Carlos noriega Hope. En 1923 fue becada por la Secretaría de EducaciónPública para
estudiar actuación en Los Ángeles, California.
Con el propósito de emparejar una carrera como actriz con la
producción de películas nacionalistas, decidió radicar junto con su hermano
Jacobo en esa ciudad, lugar donde encontró a otra prófuga de las tablas: Nelly
Fernández.
Comenzó a desarrollar su trayectoria en el seno mismo de
Hollywood. Colaboró en pequeñas intervenciones en varias cintas hollywoodenses:
La Rosa de París (The rose of París, 1924), de Irving Cummings; El Gato Montés
(Tiger Love, 1924), de George Melford; Las Joyas de Alvarado (Brand of
Cowardice, 1925), dirigida por John Mc Carthy; Rina de Liguoro, Ligia de
Golconda, Rosita Díaz Gimeno y Julio Peña en “Angelina o el honor de un
brigadier”.
“Angelina o el honor de
un brigadier”
Cine Mundial, Un año de vida (One Year to Live, 1925), de
Irving Cummings; y Her Sacrifice (1926), dirigida por el canadiense Wilfred
Lucas, donde interpretó al personaje de Margarita Darlow junto al actor Gaston
Glass. Intervino en otras cintas: La Dama Atrevida (The Lady Who Dared, 1931),
de William C. McGann y Guillermo Prieto Yeme; El último varón sobre la Tierra
(The last man on Earth, 1933), de James Tinling; y Angelina o el honor de un
brigadier (1935), de Louis King.
Agradecemos al Contador Edgardo Govea haber compartido esta
información.
Hemeroteca La Vanguardia, en la edición del sábado 30 de
noviembre de 1935, página 15.
0 comentarios:
Publicar un comentario