Al centro sentado EL Gral.
Julio del Castillo
LA REVOLUCION EN
RIOVERDE
En una segunda etapa de la revolución ahora en contra de la
presidencia de Francisco I. Madero se pronunciaron Emiliano Zapata, Pascual
Orozco y Bernardo Reyes. En favor de este último el 10 de marzo de 1912 entró
un contingente de antimaderistas, compuesto por
35 hombres de a caballo y 20 de a pie, encabezados por Julio del
Castillo.
Estremecieron la ciudad y después
de balazos desperdigados y sobresaltos de escasos enfrentamientos que no llevó
sangre al río, tomaron la Jefatura Política, exigieron al titular José
Verástegui la entrega de la plaza, ocuparon las oficinas públicas, recogieron
las armas, municiones y vituallas que encontraron y cortaron las líneas
telegráficas y telefónicas.
La Viltzcrig (Guerra relámpago) utilización del caballo antes de la invención de los tanques
A golpes de culata catearon las
casas de los maderistas más connotados, exigieron dinero a la agencia del Banco
Nacional, a los principales comercios como La Fama y La Abundancia; la primera
de Los Ruiz y la segunda de Mario Quesada, impusieron préstamos forzosos.
Enrique Anaya entregó cinco mil pesos. Exigieron al tesorero municipal Rafael
Barragán la recaudación, también se llevaron los fondos de la Administración de
Rentas del Estado. A Don Ángel Núñez, un español propietario de Puerto Martínez
le robaron un caballo fino.
Reclutaron gente a dos pesos
diarios por plaza de soldado, y en forma voluntaria se les agregó gente del
pueblo y vecinos de significación social, como Daniel Becerra, quien se ostentó
como jefe de los rebeldes, y Sidronio Méndez, jefe de la Oficina Subalterna de
Rentas.
Los reyistas inconformes contra el gobierno
maderista salieron de sus domicilios y se concentraron en la plaza que se llenó
de alboroto; por decisión general acudieron en tumulto a la casa del Dr. Eleno Cervantes, político del
antiguo régimen porfirista. Entre caballos encabritados, vítores y disparos al
aire, lo llevaron a la jefatura Política del Partido donde lo invistieron con
la titularidad de jefatura del partido.
La primera medida fue impedir que
se causaran más atropellos, así lo solicitó a los jefes de la revuelta y les
dio las facilidades para su propaganda política.
Al día siguiente, al aproximarse
un tren con tropa, los rebeldes evacuaron la plaza. José Verástegui regresó a
su carácter constitucional de primera autoridad del partido, acompañado por los
doctores Eleno Cervantes y Javier Gallardo, así como por Jesús P. Castillo,
para intervenir la Subalterna de Rentas. Cervantes y Gallardo se hicieron cargo
de manera interina de la administración, documentos, valores y libros.
Además practicaron las primeras
diligencias que sirvieron para iniciar el proceso penal en contra de Sidronio
Méndez, por los delitos de abandono de empleo y peculado; fue detenido el escribiente Abel Franklin y
declarado por el juez de Primera Instancia, licen ciado José de Jesús Gama. A
Sidronio Méndez se le aseguraron sus bienes, entre ellos la Empacadora de
Naranja y el Teatro Progreso.
En efecto entró la fuerza federal
a bordo de un tren salido de San Luis con instrucciones de recuperar la Plaza a
toda costa, el número de activos al mando del Coronel Pedro Piña era cuatro
veces mayor que el de los revolucionarios; los rebeldes ya no estaban, habían
salido rumbo a la Sierra Gorda, por las haciendas de El Jabalí y Santa Teresa.
Los federales aprehendieron a
José Verástegui por considerarlo culpable de haber entregado la plaza, pero no
tocaron al Dr. Eleno Cervantes. Fue uno de los episodios de la revolución en
Rioverde.
El Sol de San Luis
Suplemento de Aniversario de
Rioverde
Jueves 1 de Julio del 2010
Colaboración del Lic. José de
Jesús Alvarado Orozco.
Atentamente
R2D2
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