NOTA: este Santiago de la Tejera debe de ser hijo del que aqui mencionamos por la fecha de nacimiento de (Don Manuel 1824 y la fecha que tiene esta fotografia.
ESBOZO DE
LA FAMILIA DE LA TEJERA
LA VIDA
COTIDIANA – 2a. PARTE
Los
hermanos Santiago y Fernando de la Tejera también formaron familias con mexicanas,
pero nunca lograron la relevancia social ni bonanza económica que alcanzó don
Manuel, más bien se estancaron en una posición modesta.
Don
Santiago que era el mayor, nació en 1824; casó con doña Dominga Castillo y solo
tuvieron dos hijos, uno de matrimonio al que llamaron Fernando, y otro de
crianza de nombre Inés Hernández, que de dos años, al momento de morir su madre
en el antiguo hospital del Sagrado Corazón, salió asustado a la calle y tras
caminar varias cuadras, presa del intenso frío se fue a refugiar al quicio de
la casa de los que serían sus futuros padres. Este niño mostró buenos dotes de
inteligencia; por tal causa su padre lo llamaba “Mi Presidente”, porque
albergaba la esperanza de que con esos dotes llegaría a ser presidente de México.
Don
Santiago se dedicó a la agricultura y cría de ganado porcino, en una zahúrda
que tenía a anexa a su casa en la 2ª. Calle de Guerrero; y en los últimos años
de su vida se inclinó al comercio, en una tienda a la que denominó “El Sol de
México”.
Hacia el
año de 1881 ya se encontraba viudo, y murió el 8 de marzo de 1895; personas
mayores recuerdan la vieja lápida con su nombre en el costado norte de la
capilla del cementerio.
Su hijo
Fernando casó con doña Fortunata Flores, y tuvieron por vástagos a don Luis,
don Santiago, doña María, doña Dominga, don Fernando, y don Manuel, (de la
Rejera Flores) que al tomar los distintos caminos que la vida les había
deparado, esparcieron el apellido en Pozos, Gto; Tampico, Tamps; México, D.F. y
Wichita, Texas.
Dice la
tradición oral de la familia que don Fernando Sr. Era muy bien parecido; y que
en la revolución se alistó en las fuerzas de Gonzalo N. Santos, quien por
tenerlo en alta estima lo llamaba “el hombre de mis confianzas”.
De la
Tejera participó en la batalla de Ébano cayendo prisionero de los villistas en
Cd. Valles; y conducido a San Luis Potosí en el repliegue, fue fusilado en
Estación Justino, muy cerca de esa capital. Sus restos fueron trasladados por
sus hijos al Panteón del Saucito, para ser depositados junto a los de su
esposa.
JOSE
GUILLERMO ALVARADO OROZCO
EDICIÓN
ESPECIAL, EL SOL DE SAN LUIS, RIOVERDE, SLP, 1º. JULIO DE 1996
De cacería por Plazuela
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