viernes, 23 de enero de 2015

ESBOZO DE LA FAMILIA DE LA TEJERA - LA VIDA COTIDIANA – 2a. PARTE

NOTA: este Santiago de la Tejera debe de ser hijo del que aqui mencionamos por la fecha de nacimiento de (Don Manuel 1824 y la fecha que tiene esta fotografia.

 ESBOZO DE LA FAMILIA DE LA TEJERA
LA VIDA COTIDIANA – 2a. PARTE

Los hermanos Santiago y Fernando de la Tejera también formaron familias con mexicanas, pero nunca lograron la relevancia social ni bonanza económica que alcanzó don Manuel, más bien se estancaron en una posición modesta.

Don Santiago que era el mayor, nació en 1824; casó con doña Dominga Castillo y solo tuvieron dos hijos, uno de matrimonio al que llamaron Fernando, y otro de crianza de nombre Inés Hernández, que de dos años, al momento de morir su madre en el antiguo hospital del Sagrado Corazón, salió asustado a la calle y tras caminar varias cuadras, presa del intenso frío se fue a refugiar al quicio de la casa de los que serían sus futuros padres. Este niño mostró buenos dotes de inteligencia; por tal causa su padre lo llamaba “Mi Presidente”, porque albergaba la esperanza de que con esos dotes llegaría a ser presidente de México.

Don Santiago se dedicó a la agricultura y cría de ganado porcino, en una zahúrda que tenía a anexa a su casa en la 2ª. Calle de Guerrero; y en los últimos años de su vida se inclinó al comercio, en una tienda a la que denominó “El Sol de México”.

Hacia el año de 1881 ya se encontraba viudo, y murió el 8 de marzo de 1895; personas mayores recuerdan la vieja lápida con su nombre en el costado norte de la capilla del cementerio.

Su hijo Fernando casó con doña Fortunata Flores, y tuvieron por vástagos a don Luis, don Santiago, doña María, doña Dominga, don Fernando, y don Manuel, (de la Rejera Flores) que al tomar los distintos caminos que la vida les había deparado, esparcieron el apellido en Pozos, Gto; Tampico, Tamps; México, D.F. y Wichita, Texas.

Dice la tradición oral de la familia que don Fernando Sr. Era muy bien parecido; y que en la revolución se alistó en las fuerzas de Gonzalo N. Santos, quien por tenerlo en alta estima lo llamaba “el hombre de mis confianzas”.

De la Tejera participó en la batalla de Ébano cayendo prisionero de los villistas en Cd. Valles; y conducido a San Luis Potosí en el repliegue, fue fusilado en Estación Justino, muy cerca de esa capital. Sus restos fueron trasladados por sus hijos al Panteón del Saucito, para ser depositados junto a los de su esposa.

JOSE GUILLERMO ALVARADO OROZCO

EDICIÓN ESPECIAL, EL SOL DE SAN LUIS, RIOVERDE, SLP, 1º. JULIO DE 1996

De cacería por Plazuela

0 comentarios:

Publicar un comentario