En las calles Benito Juárez y Héroes Potosinos de la ciudad
de Rioverde, en el año 2016, ocurrió desgraciadamente un accidente
automovilístico fatal de un niño que iba en su bicicleta.
Algunos días después de ese acontecimiento algo extraño
empezó a ocurrir cerca de ese crucero, ciertas personas cuentan que han visto
por las noches a un niño que juega en ese lugar, llama la atención porque no
ven a otros niños que jueguen con él y porque es una esquina muy peligrosa
debido al constante tránsito de vehículos.
Un taxista del sitio Taxitel, (cuya base se encuentra a media
cuadra de este crucero) comentó que a él le tocó guardia un miércoles por la
noche, como no había trabajo, por ser entre semana, decidió estacionar su taxi
cerca de la esquina para dormir un poco.
Como a las tres de la mañana escuchó que alguien le tocaba la
ventanilla del lado del acompañante y esto lo hizo despertar, al voltear a ver
quién le tocaba vio la cara de un niño que le sonreía y pensó que venía
acompañado de algún adulto que solicitaba su servicio, le quitó los seguros a
las puertas y echó a andar el motor, esperó a que subiera el pasaje, volteó
hacia afuera y vio al niño cruzar la calle frente a su unidad, al mirar hacia
el lado de la banqueta donde previamente el niño había tocado la ventana no vio
a ningún adulto, por lo que bajó del auto para ver a donde se había ido el
niño, pero ya no lo encontró en la dirección por donde éste se había marchado,
caminó hacia la esquina para ver las calles por donde él creía que el niño se
habría ido y para su sorpresa no había absolutamente nadie, por ningún lado.
Sintió en ese momento un poco de miedo por no poder
explicarse lo que estaba pasando, regresó nervioso a su automóvil y se echó de
reversa media cuadra hasta el estacionamiento del sitio de taxis, bajó de su
auto y con cierto temor se acercó a otro taxista que estaba despierto allí, en
ese momento, escuchando la radio y le contó inmediatamente lo sucedido, éste le
dijo que a él ya le había pasado algo similar cerca de la esquina pero que él
lo vio jugando con un globo y de pronto desapareció de su vista y que por más
que lo busco por los espejos retrovisores y por las ventanas del auto, el niño
había desaparecido completamente del lugar sin dejar rastro, que eso él no lo
había platicado a sus compañeros sino que lo guardó para sí, por temor a que se
burlaran de él, además le aseguró que él si estaba despierto cuando lo vio
jugando con el globo.
Ambos taxistas coincidieron que el niño es muy simpático,
agradable y que no causa temor alguno, que después de verlo unos instantes
desaparece del lugar, como si jugara a las escondidas, sin dejar rastro alguno.
Actualmente se encuentra una cruz en el camellón, adornada
con flores y regalos que sus padres, con amor, frecuentemente le llevan a ese
lugar, algunos taxistas ya le empiezan a llamar a ese crucero “La esquina del
niño”.
Fotografia: Elena Rodriguez de la Tejera
Soli Deo Gloria.
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