miércoles, 7 de septiembre de 2022

El niño de la calle Héroes Potosinos, por Juan Cancino Zapata.

 

En las calles Benito Juárez y Héroes Potosinos de la ciudad de Rioverde, en el año 2016, ocurrió desgraciadamente un accidente automovilístico fatal de un niño que iba en su bicicleta.

Algunos días después de ese acontecimiento algo extraño empezó a ocurrir cerca de ese crucero, ciertas personas cuentan que han visto por las noches a un niño que juega en ese lugar, llama la atención porque no ven a otros niños que jueguen con él y porque es una esquina muy peligrosa debido al constante tránsito de vehículos.

Un taxista del sitio Taxitel, (cuya base se encuentra a media cuadra de este crucero) comentó que a él le tocó guardia un miércoles por la noche, como no había trabajo, por ser entre semana, decidió estacionar su taxi cerca de la esquina para dormir un poco.

Como a las tres de la mañana escuchó que alguien le tocaba la ventanilla del lado del acompañante y esto lo hizo despertar, al voltear a ver quién le tocaba vio la cara de un niño que le sonreía y pensó que venía acompañado de algún adulto que solicitaba su servicio, le quitó los seguros a las puertas y echó a andar el motor, esperó a que subiera el pasaje, volteó hacia afuera y vio al niño cruzar la calle frente a su unidad, al mirar hacia el lado de la banqueta donde previamente el niño había tocado la ventana no vio a ningún adulto, por lo que bajó del auto para ver a donde se había ido el niño, pero ya no lo encontró en la dirección por donde éste se había marchado, caminó hacia la esquina para ver las calles por donde él creía que el niño se habría ido y para su sorpresa no había absolutamente nadie, por ningún lado.

Sintió en ese momento un poco de miedo por no poder explicarse lo que estaba pasando, regresó nervioso a su automóvil y se echó de reversa media cuadra hasta el estacionamiento del sitio de taxis, bajó de su auto y con cierto temor se acercó a otro taxista que estaba despierto allí, en ese momento, escuchando la radio y le contó inmediatamente lo sucedido, éste le dijo que a él ya le había pasado algo similar cerca de la esquina pero que él lo vio jugando con un globo y de pronto desapareció de su vista y que por más que lo busco por los espejos retrovisores y por las ventanas del auto, el niño había desaparecido completamente del lugar sin dejar rastro, que eso él no lo había platicado a sus compañeros sino que lo guardó para sí, por temor a que se burlaran de él, además le aseguró que él si estaba despierto cuando lo vio jugando con el globo.

Ambos taxistas coincidieron que el niño es muy simpático, agradable y que no causa temor alguno, que después de verlo unos instantes desaparece del lugar, como si jugara a las escondidas, sin dejar rastro alguno.

Actualmente se encuentra una cruz en el camellón, adornada con flores y regalos que sus padres, con amor, frecuentemente le llevan a ese lugar, algunos taxistas ya le empiezan a llamar a ese crucero “La esquina del niño”.

Fotografia: Elena Rodriguez de la Tejera

Soli Deo Gloria.

 

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