lunes, 20 de junio de 2022

Versos, Andanzas, y Correrías de Julio Álvarez “Tantarrias” 1ª. Parte A mi Patrón.

 Ignacio Cervantes Álvarez (Compilador).

El entorno.

En mis  vivencias  de  niño y de puberto  en mi viejo  Rioverde, conocí muchas personas, como la mayoría de los chiquillos de aquella época, que en todo lados nos metíamos y donde no nos metíamos  nos  asomábamos, por lo que nos fijábamos en la gente, gente que mencionaban todas las personas, con respeto, con estimación, y nosotros de niños pues también saludábamos a esas personas, las cuales sin hacernos menos nos devolvían el saludo o una sonrisa.

 Así era común dirigir nuestro saludo: adiós Chifuga, adiós Pata bofa, adiós Maciste, adiós don Miguel, adiós profe Cotorra, adiós don Miguel Panzón, adiós don Tachito, adiós Papi, adiós doctor Martínez, adiós Chato, adiós Jejen, adiós Chanclotas, adiós don Trosky, adiós doña Paulita, adiós Cuatana.

Uno de esos personajes famoso era don Julio (Tantarrias) era un vendedor de frutas de temporada, pero principalmente lo conocíamos por sus sabrosas rodajas de jícamas con chile y limón que vendía por las calles o afuera de las escuelas del pueblo con su clásico carrito y vitrina y siempre sonriente.

Lo recuerdo moreno, estatura promedio, de cabello y bigote cano, su rostro campesino siempre sonriente, mostrando su blanca dentadura, a todos los niños que nos acercábamos a comprarle una jícama de a veinte centavos, se dirigía a nosotros siempre sonriendo con un “que va a querer hijo” lo que nos daba confianza para pedirle que pusiera más chile o limón a las jícamas.

Pero Julio, era de esos personajes que le dan sabor al pueblo, de los que hacen que uno en la lejanía uno siempre lo recuerde,  pues tenía ese don de componer versos con una facilidad increíble, yo con mi mente fotográfica capté varios graciosos versos que decía ya sea en la cantina, en la plaza, en el mercado o en cualquier calle del viejo Rioverde, sabiendo de la gracia que me causaban sus versos, a veces el me los platicaba y yo festejaba con tremendas risotadas.

Ahora con mis sesenta años corridos y antes que me llegue la demencia senil,  (que es una maldición de viejos, junto con la avaricia) participo a mis amigos interesados en mantener y guardar la historia de Rioverde, estos versos de los cuales se mantienen por mera tradición oral.

A mi Patrón.

Trabajaba Julio Tantarrias en una bodeguita rumbera,  era un día sábado, por lo que pasada la una de la tarde, empieza Julio a pedirle a su Patrón  que le pagara la semana, porque tenía que llevar “el chivo” a la casa, por lo que se tardaba su patrón, como a las dos de la tarde se lo repite y ante tanta insistencia le dice su patrón: “mira cabrón si te pago, si ahorita me haces un verso” Julio toma como pie el que su patrón no tiene hijos, teniendo una esposa de “no malos bigotes” por lo que le endilga este verso:

 

Se me hace y se me afigura

Que mi patroncito es   jorro,

No puede tener familia

¡teniendo tan buen pedorro!

el patrón molesto le dice -ora no te pago… ¡cabrón!

Imagen: Santiago Medina

Atte. R2D2

 

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