Ignacio Cervantes
Álvarez (Compilador).
Siendo el “Venado” sepulturero “honoris causa” del viejo Rioverde, famoso y ampliamente conocido por toda la gente adulta y no tan adulta del apacible y en veces somnoliento pueblo, cuya paz, sobre todo la de los jueves, era interrumpida por el doblar de las campanas que anunciaban un “muerto fresco” que se encaminaba hacia la última morada, luciendo su “último tacuche” elaborado por Nico Téllez, y que el Venado esperaba ansioso para darle “cristiana sepultura”
Los maloras amigos que tenía el sepulturero, decían que, por
las noches, éste les extraía las alhajas, joyas o dientes de oro a los finados,
para después venderlos. Cosa que no le caía muy en gracia al “Venado”.
Un día en el
billar del Capi, en “las callecitas” echándose varios amigos una mano de dominó,
le dice uno a “Tantarrias”, hazle un verso al Venado y te “gorreo” una cheve, y
ni tardo ni perezoso le endilga el siguiente verso:
Julio es el
más abusado,
no se pone
dientes de oro;
pa’ no hacer
rico al Venado.
Fotografía:
Lic. Elena Rodríguez de la Tejera
Atte. R2D2
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