sábado, 18 de mayo de 2019

Cynthia Jordán, nieta del Rev. Pscual Gerardo, pero creadora de su propioa historia


Hay rioverdenses que han entregado a su pueblo, su capacidad, su talento, su genio creativo con propuestas donde aflora el arte, su sensibilidad en la música, en la ciencia. Otros son capaces de mover a un auditorio con gran elocuencia, donde la palabra alcanza su más alta tesitura…



Algunos más han tocado el corazón de sus mismos congéneres, moviendo la onda expansiva del amor incondicional para recordarnos que también lo humano, está dentro de nosotros, este es el trazo inicial que perfila un ser con una gran veta humana: Cynthia Jordán Gerardo, oriunda de la comunidad de Progreso, Mpio., de Rioverde, SL.P.



Cynthia nació el 6 de octubre de 1973 en el seno de una familia de profunda raigambre campesina, de quienes aprendió a amar a su tierra, a marcar una predilección por los caballos que tenía su papá, en el amplio solar de su casa. Es hija de J. Jesús Jordán Cervantes y Ma. Del Socorro Gerardo Rodríguez. Desciende en línea directa, por el lado materno, del revolucionario Pascual Gerardo, su abuelo, quien fue Presidente Municipal de Matehuala y Diputado Federal. Un hombre con una profunda convicción de servicio a su gente: Los campesinos.



Las primeras enseñanzas de su infancia, fueron el acendrado amor y respeto a su origen campesino, legado de sus padres. En una atmósfera familiar donde se practicaban las faenas de campo, aprendió muchos conocimientos útiles de los caballos y de tradiciones como el jaripeo, las reglas para evaluar estas competencias; del jinete que desafía a la bestia de gran fama y en sus lomos se gana la gloria de un premio, los aplausos de un público, pero también es su pasaporte a otra vida.

que culpa tiene el arbol


Cynthia la niña bonita como le decían de chica, encontraría pronto su vocación en el servicio y desde la feligresía, impulsó el coro de la iglesia, participaba en la celebración de la fiesta patronal de Santa Rosa de Lima, en todo tipo de eventos que le permitieran reunir fondos para la remodelación de la iglesia del lugar. Pasaron los años y llegó el matrimonio, una nueva vida la llevó al estado de California en la Unión Americana.



Un día en la añoranza de su tierra, de sus amados seres, empezó una tarea de servicio: reunir los recursos, involucrar a sus conocidos en una empresa fabulosa: la dotación en temporada invernal de alimentos, despensas, ayuda médica a los ancianitos, seres que no contaban con el apoyo de ningún familiar; a las madres solteras; la fiesta navideña a los niños y a toda la comunidad de Progreso. Muchos de los que recibieron este sencillo apoyo, recordaban a su niña de las despensas, que puso en sus manos algo más que víveres, les entregó amor y sencilla como es, les repartió abrazos, sonrisas, los hizo sentirse queridos y que alguien se preocupara por ellos. Cynthia continuó en esta hermosa labor de manera ininterrumpida por siete años.


2015 fue un año complicado, de muchos aprendizajes para Cynthia, le diagnosticaron el síndrome de Sjögren, un padecimiento raro, difícil, doloroso, porque agota el sistema inmunológico del individuo y que la postró por meses a una cama. Diciembre de ese año fue tan difícil por su quebrantado estado de salud, que permaneció en California disminuida físicamente para cumplir su hermosa labor.



Este 2016 su vida daría un giro copernicano, con la finalidad de encontrar la comprensión a lo que estaba viviendo, dedicó parte de su tiempo en aprender y esa búsqueda la hizo hacia su interior, -un trabajo de reencuentro con mi esencia divina- como ella lo refiere. Se inició así el camino de su recuperación y una nueva oportunidad de vida para seguir creciendo, para reestablecer otras metas; Cynthia está ya en un nuevo proyecto para este diciembre de 2016; moviendo el corazón de muchos seres, de aquí y de allá, para hacer más grande la cadena de llevar alegría a muchos; para hacer gigante la onda expansiva del amor que llegue a más colectivos comunitarios.



Cynthia ha descubierto esa magia interior, que le permite involucrar de pronto, a muchos seres para ayudar, por eso sigue activando, promoviendo, enlazando redes de generosidad desde tierras californianas y también el estado de Texas, donde residen algunos de sus familiares -he visto el grado de orfandad de mis viejecitos, de mis niños, de mis mujercitas, escenas dolorosas de los que nada tienen… ¿Por qué no hacerles llegar, más que el alimento, la cobijita, un poco de lo mucho que la vida nos ha dado? Hagamos redes de amor, sé que sí se puede. Cynthia vive en California, pero su corazón pertenece a sus seres sencillos- mi gente como ella dice- a su querido Progreso, a Rioverde. [1]

intelectual


Archivos: Jose de Jesus Alvarado Orozco
Fotografia: Cynthia Jordan


[1] Rioverde 400 Años de Historia. H. Ayuntamiento de Rioverde, S. L. P. 2017. Varios autores.



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