Jose de Jesus Alvarado Orozco
La Llave
Taller de Literatura: Casa Ramón López
Velarde
Maestro, Juan Félix Barbosa Velázquez
15 de enero de 2019.
José J. Alvarado
Hace algunos
años existió en Rioverde un hombre conocido por su sabiduría natural, apodado
“La Llave”; tal vez por ser la llave de la sapiencia ingeniosa y sencilla ante
lo obvio, por sus frases se hizo famoso en esta región, como el Filósofo de Gûemes,
en Tamaulipas. Buena parte de sus dichos eran originales, en la actualidad, integrados
al habla común sin determinarse con exactitud cuales fueron de su autoría. Los
pronunciaba con tal gracia que causaban hilaridad, los cuáles al ser replicados
por sus amigos, le agregaban: “Como dijo la Llave”. Esta costumbre se perpetuó
por años en conversaciones triviales.
Su
antagonista era la realidad de las cosas que no se pueden cambiar, pero día a
día la derrotaba al aceptarla y burlarse de ella con sus expresiones.
Era un hombre
moreno, canoso, caminaba tapándose del sol con un sombrero de ala corta;
ebanista de profesión, de una inteligencia aguda y siempre con su sonrisa,
refería: las maderas, son como las mujeres, unas duras, otras blandas, con
diferente aroma pero tienen unas vetas que tenemos que encontrar y apreciar.
De él se contaban muchas anécdotas, como la vez que fue a la ciudad de
San Luis Potosí, y al negársele la audiencia en palacio de gobierno les explicó
a sus acompañantes: es que le gané la novia al señor gobernador; por eso me
dejó de hablar. Después aprovecharon para acudir al cine Avenida, al ver el
león de la Metro Golden Mayer, con el cual se iniciaba algunos films, exclamó. Vámonos,
está película ya la vi.
Para regresarse acudió a la “Central Camionera”, que estaba en la
colonia El Paseo. Era cuando los
“Autobuses Vencedor” no daban abasto ante la demanda de pasaje, los carros
venían llenos. La gente se aglomeraba y pedía un boleto para Reyes, alguien más
para Arista, otro para Juárez. Ante esto exclamó: bueno, tal por cual, pues véndame
uno para Ávalos; puesto que él se llamaba Aurelio Ávalos.
Cuando don Aurelio era funcionario público le dijeron: Lo andan buscando
de San Luis Potosí, con eso de la flora y la fauna; a lo que contestó: pues, la
Flora anda de puta y a la Fauna ni la conozco. Acompañó a revisar un área
afectada y le advirtieron: sólo que es un camino sinuoso y contestó: será sin
uso.
Le gustaba la política así como la juerga cuando era peligroso
divertirse en las cervecerías que se ubicaban en la calle Quesada, como Salón México, Salón Guadalajara, México de
Noche, entre otros muchos, que les decían de manera despectiva antros,
también llamada Zona de Tolerancia. Uno de sus amigos se quejó: unos borrachos me
acaban de dar una golpiza. A esto contestó: pues toléralos, estamos en la Zona
de Tolerancia.
Al desempeñar su función como director de Obras Públicas, le pidieron
que levantara la barda del panteón municipal. Gasto inútil –respondió-, los de
afuera no quieren entrar y los de adentro no pueden salir.
Comentarios sobre “La Llave” que han hecho a un servidor en
el Blog.
Juan Jose Avalos Flores Todo un personaje mi tío Aurelio,
hermano de mi padre Juan Ávalos Salas.
Un artista de la carpintería, un hombre que leía y se
informaba de los acontecimientos locales y nacionales. Su revista favorita era
"Siempre" de José Pagés, los periódicos que editaban en San Luis.
Cada etapa de vacaciones que iba de Tampico a Río Verde,
vísitar a todos mis tíos, primos y sobrinos, era un ritual obligado, pero
platicar con Don Aurelio era una delicia por nuestro interés, desde entonces,
en la política.
Me invitaba a la presidencia municipal para hacer un
recorrido a las oficinas públicas y para enseñarme los muebles que había hecho
para el despacho del Alcalde o la sala de cabildo.
Una gusto recordar esas vivencias a lado de mi tio Aurelio Avalos Salas.
"La Llave" Aurelio Avalos Salas
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