Cuando los españoles llegaron por primera vez al
territorio mexicano, los nativos estaban divididos entre Azteca-lovers y
Azteca-haters, Lo cual fue aprovechado por los conquistadores para imponer su
voluntad y chingarse los recursos de la colonia por 3 siglos.
Cuando se empezó a armar el independentismo, la población
estaba dividida entre España-lovers y España-haters.
Luego de una innecesaria guerra fue consumada la
independencia mediante un pacto, tras el cual muchos quisieron creae un imperio
al estilo europeo y otros una república al estilo norteamericano.
Luego de un triunfo inicial, los Iturbide-lovers
perdieron esta guerra, aunque siguieron dando batalla transformados luego en
Maximilano-lovers (fusilado por sus haters).
Antes de eso,
la nación estaba tan desmadrada que era difícil diferenciar a los Santa Anna-lovers
de los Bustamente-haters, o a los Comonfort-haters de los Gomez Farías-lovers,
aunque lo único claro era que unos eran liberales (iglesia-haters) y otros
conservadores (iglesia-lovers).
El asunto lo vino a resolver Benito Juárez, aunque al
final quedaron suficientes Juarez-haters como para apoyar la Revolución de
Tuxtepec y llevar al poder a Porfirio Díaz. Nunca nadie tuvo tantos lovers (al
principio) como haters (al final), aunque hoy en día están empatados.
Luego vino la revolución, que mas bien fue una
trifulca asesina entre lovers y haters de Madero, Villa, Zapata y Carranza.
Aunque hay que decirlo, el chacal Huerta se ha ido
quedando sin lovers.
La paz dejó a los militares en el poder, siendo los
Obregón-lovers los predominantes, hasta que se quizo reelegir y sus haters lo
mataron.
Entonces se instaló el maximato y con ello otra cuenta guerra
enarbolada por los Calles-haters.
Una vez
establecido el poder a través de instituciones civiles (léase el PRI), se vino
creando poco a poco la división PRI-lovers y PRI-haters, hasta que los primeros
se fueron extinguiendo y sus haters los quitaron ahora sí definitivamente del
poder.
Y ahí vamos.
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