lunes, 21 de enero de 2019

LA MILPA DEL CONVENTO DE SANTA CATARIANA



Allá a principios de la década de 1870 el enorme terreno que había sido la huerta del convento de Santa Catarina Virgen y Mártir del Rioverde, era propiedad del General don Sostenes Escandón, a quién se le había facilitado su compra gracias a la Ley de Desamortización.

Este terreno que estaba comprendido al Norte por la calle Iturbide, al Sur por la Jiménez (incluía al terreno en donde ahora se encuentra el mercado Cristóbal Colón), al Este por la de Gama y al Oeste por la de Morelos.

Esta manzana había sido un freno para el desarrollo urbano en la parte Sureste de la Ciudad, pues debido a eso encontraba despoblada ese perímetro y la tierra seguía sembrada de milpas y frutales, tal como lo habían visto los frailes franciscanos 200 años atrás.

En ese tiempo el Jefe Político Doctor Lauro Islas, tuvo la inquietud de solucionar el problema urbano que representaba ese enorme “tapón”, por lo que en el año de 1876, intento  comprar a la señora Dña. Flora Pando, que ya se encontraba viuda del Gral. Escandón.

En Enero de 1877 el Respetable Ayuntamiento que presidía el Doctor Lauro Islas continuo con la idea de adquirir el terreno de labor de 11 almudes (El almud de tierra es una medida de superficie equivalente a la cantidad de terreno que puede sembrarse con un almud de grano) de riego, que se ubicaba en el barrio de San Juan, (de ese entonces) conocido como la Milpa del Convento que después perteneció a la sucesión testamentaria del general liberal Sostenes Escandón.

El propósito del Ayuntamiento era lotear y agregar los solares al barrio de San Juan. Don Antonio Quesada, en representación de la Testamentaría promovió un interdicto de retener la posesión en contra del presidente doctor Lauro Islas y del ayuntamiento para evitar su expropiación.

Según el plano horizontal de Ignacio Sáenz de 1874, abarcaba un polígono que ahogaba la expansión de la ciudad.  El doctor Lauro Islas argumentó que la autoridad no quería expropiar sino comprar y don Antonio Quesada argumentaba que había impedimento legal para vender porque no estaba concluido el juicio sucesorio testamentario.

No obstante el 31 de enero de 1877, el cabildo municipal tomó la determinación:
 “Que enterada la corporación (municipalidad) de la nota del 26 del corriente, en que manifiesta los motivos que le impiden prestarse por ahora a la enajenación del solar, ubicado al respaldo de la Iglesia de esta ciudad, y deseando que sus acuerdos en beneficio del pueblo no sufra ninguna demora para la realización, convencida de la justicia y equidad de sus intenciones que tienden siempre conciliar el bien general con los intereses particulares y en vista de que todos sus procedimientos están fielmente arreglados al sentido literal de las leyes vigentes, no toma en consideración los motivos ameritados por usted y se ha servido acordar:

 1º El Ayuntamiento Constitucional de Rioverde, ocupa el solar ubicado al respaldo de la iglesia parroquial de esta ciudad, de la propiedad de la testamentaría a bienes de don Sóstenes Escandón para la creación de un nuevo cuartel anexo al barrio de San Juan.
2º. Se nombra perito valuador por parte de esta corporación al C. Felipe Tovar, para que haga la medición y avalúo del referido solar.
3º. Comuníquese estos acuerdos al C. Antonio Quesada, para que nombre un perito valuador por la testamentaría que representa. En caso de diferencia se nombrará a un tercero… (Ilegible). O croquis respectivo se convocarán postores por medio de avisos para que se informen en la secretaría del R. Ayuntamiento de la extensión y precio de los lotes.
4º. Se nombra depositario de los fondos que produzca la venta al público al C. José María Morales.
5º. Reunida la cantidad que baste para cubrir el valor del solar se entregará inmediatamente al C. Antonio Quesada cumplir con el… etc.”

Los entonces habitantes de Rioverde, comenzaron a llamar a esa brecha la calle Nueva, y al incipiente suburbio que entorno a ella se formó “El Barrio Nuevo”, pero al saberse del reciente triunfo del Plan de Tuxtepec, fue bautizado con ese nombre, debido a que el Dr. Islas era partidario del General Porfirio Díaz.

De esta manera, se abrió la calle “Doctor Islas” que pasa a espaldas de la Iglesia, en terrenos de lo que fue la Milpa del Convento. Después cuando se venían las temporadas de lluvias, todo ese rumbo se anegaba, formándose en las calles grandes lagunas y lodazales y esto hizo que a manera popular se le conociera como el “Barrio de  "Canta Ranas".

José de Jesús Alvarado Orozco – Apuntes para una historia regional



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