Comenta mi Cuñado Salvador que de
joven era muy nochero y era costumbre
llegar entre 2 y 3 de la madrugada aun con los corajes de su mama, en una
ocasión que regresaba a esa hora dando vuelta a la esquina y ya cerca de su
casa al irse acercando empezó a sentir la presencia de alguien, como que lo
venían siguiendo;
no era miedoso pero en esa ocasión sentía algo especial,
siempre con temor y al llegar a la puerta de su casa volteo hacia atrás y vio
que también venía dando la vuelta a la esquina una mujer vestida de blanco con
el pelo suelto y largo e inmediatamente se dio cuenta de que no tenía pies y de
que venía como levitando o volando cerca del piso;
tratando de abrir la puerta
y meter la llave en la cerradura los mismos nervios le impedían encontrar el
orificio de la misma y era tan grande su nerviosismo que se le hizo eterno el
meterla y abrir inmediatamente abre la puerta y entra pero al entrar siente la
presencia y como que lo estira algo sobrenatural sintiendo la piel de gallina;
entro y cerro comentándole el incidente a su mama y quedándose sentado largo
tiempo reponiéndose de la sensación que sentía;
al día siguiente lo comento con
sus amigos con los que habían andado la noche anterior comentándole ellos que
también habían tenido una experiencia parecida.
Varios días estuvo reprimido y
no salía por el susto pero con el tiempo se le quito y siguió disfrutando de su
modo de vivir.
Salomón Ríos
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