Molino de caña de los Tejera
En Plazuela
ESBOZO DE
LA FAMILIA DE LA TEJERA
LA VIDA
COTIDIANA – 1a. PARTE
El 17 de
Febrero de 1870, en la Parroquia de Santa Catarina de Alejandría, don Manuel de
la Tejera y Oruña tomó por esposa a la señorita Doña Fermina Navarro y Castro.
Recién
casados los señores de la Tejera constituyeron su hogar aquí en Rioverde, en la
antigua casa de la Calle Escandón que cedió el sitio a la que actualmente
existe marcada con el número 45 y seguía en propiedad de la familia hasta hace
muy poco tiempo, en los descendientes de la rama del sexto hijo de don Ismael.
Hacienda de Plazuela
Cuando
pasó a mejor vida doña Francisca Castillo, abuela de doña Fermina, se dio
término al cabal cumplimiento de la más sentida cláusula del testamento de don
Pedro, que pedía que su madre siguiera viviendo en la casa paterna hasta el
final de sus días.
Y fuera tratada con mejor mimo del que él le dispensó en
vida. La casa mencionada fue ocupada por don Manuel y su familia, y es la que
se localiza, ahora reformada, en la calle de Reyes no. 116 esquina con
Escandón.
Destaca entre las de Rioverde por su recia construcción, adornada en
sus vanos con frontones triangulares del estilo neoclásico. En el patio existe
un pórtico de singular arquitectura, formado con 3 arcos de piedra caliza. En
esa época la propiedad se extendía en sus usos de caballerizas, corrales y
huerta hasta abarcar los terrenos de la Escuela Preparatoria.
Fam. de la Tejera en la Media Luna
La paz
implantada por el gobierno del General Porfirio Días comenzó a dar dividendos
con la llegada de capitales y tecnologías extranjeros. Surgiendo en
consecuencia una incipiente prosperidad en todas las ramas de la economía.
Fue
entonces cuando don Manuel tuvo la visión para ampliar su hacienda, y comenzó
por enajenar un agostadero llamado “La Gavia” que tenía en la Huasteca, para
adquirir tierras del Huizachal; después reintegró a Plazuela las fracciones de sus
cuñadas y compró a don Gonzalo Verástegui Prunier la hacienda vecina de
Obrajero.
Parte de la Hacienda
y de esta manera globalizó una propiedad de 4,438.37 hectáreas, que
incluía la infraestructura de 3 molinos de caña el sistema de riego de los
manantiales de Las Peñitas, La Morita, El Caracol y las acequias que rodan el
agua de la Media Luna.
La vida de
los Tejera – Navarro transcurrió plácida
en el buen ambiente que se dio en el porfiriato. Para romper monotonías
acostumbraban pasar temporadas tanto en Rioverde como en Plazuela; basta saber
que en la hacienda nacieron cinco de los once hijos.
JOSE
GUILLERMO ALVARADO OROZCO
EDICIÓN
ESPECIAL, EL SOL DE SAN LUIS, RIOVERDE, SLP, 1º. JULIO DE 1996
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