El General tomando protesta como Gobernador
BIOGRAFIA DEL GENERAL GENOVEVO RIVAS
GUILLEN, EL HEROE DE LA BATALLA DEL CARRIZAL – 1ª. DE 2 PARTES
Nació en Rayón, San Luis Potosí, en 1886. Unido a
la causa maderista de soldado raso participo en la revolución desde 1910, bajo
las órdenes del Gral. Alberto Carrera Torres, donde
ascendió hasta teniente.
Durante la Expedición Punitiva que
perseguía a Pancho Villa por el
ataque a Columbus, Nuevo
México, el 21 de junio de 1916 una
columna del ejército estadounidense bajo el mando del Capitán Charles T.
Boyd marcho fuera del límite de
operación concedido por el gobierno, por lo que el teniente Genovevo Rivas de
la guarnición del cercano pueblo del Carrizal de Villa Ahumada Chiuahua se
presento a impedirles el paso, solicitándoles su regreso, a lo que el capitán
Boyd se negó, ya que advirtió que iba tras un desertor del ejército
estadounidense, solicitando la presencia de su superior, se presento el general
Félix Gómez quien
respaldo a su subordinado, por lo que luego se desataron las hostilidades donde
murió el Gral. Gómez y quedo al frente el Teniente Coronel Genovevo Rivas.
El teniente coronel Genovevo Rivas Guillén relata de la siguiente manera
los acontecimientos que se desarrollaron.
Serían las seis de la mañana del día veintiuno de
junio cuando se recibió aviso de uno de los puestos avanzados, que por el
camino de Santo Domingo se veía avanzar una columna, y que se suponía fueran
los americanos, porque se alcanzaba a distinguir que toda la caballada era de
gran alzada, o sea de los que en la frontera conocemos por gólones.
El general Félix U. Gómez me ordenó que saliera al
encuentro del jefe que mandaba la fuerza americana y le hiciera saber las
órdenes que teníamos de no permitir el avance de ninguna columna
norteamericana, en otra dirección que no fuera el Norte.
La columna americana estaba formada por la compañía
K-10 y C-17 de caballería y la mandaba en jefe el capitán Charles T. Boyd,
teniendo como oficiales subalternos al teniente Lewis S. Morey y a un teniente
apellidado Adair, y la clase de tropas estaba compuesta de soldados negros,
todos ellos fogueados, por ser veteranos de Filipinas, según declaraciones del
íntérprete Spillsbury.
... Pregunté al jefe americano qué objeto tenía la
presencia de sus fuerzas por aquella regíón, habiéndome contestado que venía en
persecución de una gavilla de bandidos que sabía se encontraba por aquellos
rumbos, a lo que contesté que ninguna gavilla había en aquella región, pues de
haberla, ya hubiera sido batida por las fuerzas de mi mando ... Dijo entonces
que iba a Villa Ahumada con las fuerzas de su mando porque era el recorrido que
de antemano había trazado, habiéndole contestado yo que teníamos órdenes de
nuestro Gobierno de no permitir el avance de ninguna fuerza norteamericana en
otra dirección que no fuera al Norte, y que por tal motivo debería suspender su
marcha para evitar un posible choque ...
El capitán Boyd contestó que tenía órdenes del
general Pershing de ir a Villa Ahumada y que pasaría sobre las balas,
habiéndole contestado yo que para que pasara a Villa Ahumada tendría que
hacerlo sobre nuestros cadáveres. Entonces el intérprete Spillbury replicó: Dice
usted muy bien; para morir son los hombres ...
Al poco tiempo llegó el general Gómez e interrogó al
jefe americano sobre el objeto que perseguía al traer sus fuerzas por aquella
región y le hizo saber que sólo podía marchar al Norte.
El capitán Boyd le dio la misma respuesta que me
diera a mí, agregando: que no quería perder más el tiempo; que tenía órdenes
del general Pershing de ir a Villa Ahumada y que pasaría sobre nosotros,
contestándole el general Gómez que si creía poder pasar que lo hiciera.
Inmediatamente se retiró mi general y los que le
acompañábamos, al lugar donde estaban nuestras fuerzas, retirándose también el
jefe americano al lugar donde se encontraban las suyas, pues ambas fuerzas
estaban ya frente a frente, a una distancia aproximada de quinientos metros ...
... Viendo esta actitud amenazante, dije a mi
general Gómez: Señor, vienen a atacarnos, ¿qué ordena usted?, y en esos
momentos los americanos rompieron el fuego sobre nuestra línea. Entonces mi
general volteó y dijo al trompeta: Toque fuego, y dirigiéndose a mí me
dijo: Saque treínta hombres y atáquelos por su flanco derecho.
Entonces rompieron el fuego nuestras fuerzas y yo
salí a escape hacia la izquierda de nuestra línea ... Iniciamos el ataque de
flanco de nuestros enemigos, que al ver esto, cambiaron de frente para
contrarrestar nuestro ataque. Nuestros valientes soldados avanzaron a pecho
descubierto y con resolución ...
Contínuamos nuestro avance hasta luchar cuerpo a
cuerpo con los soldados negros, habiendo logrado aniquilar aquel grupo ... Una
vez aniquilado el flanco derecho del enemigo, con los hombres que me quedaban
me dirigí al centro de nuestra línea donde aún se combatía, pero antes de
llegar encontré al teniente Antonio Peña que estaba herido ...
ínformándome
que a mi general Gómez lo habían matado en los primeros tiros del combate; que
la ametralladora con que contábamos en el centro y que había emplazado el
capitán primero Daniel González Corella, se había descompuesto y que nuestra
gente se había visto obligada a replegarse a las primeras casas del pueblo, que
era donde combatían.
Me dirigí allá violentamente ... y una vez reunidos
... y ayudados por tres o cuatro civiles que se nos habían unido, cargamos
rudamente sobre los hombres de Adair, quienes juntamente con su jefe quedaron
tendidos en el campo después de prolongada lucha.
El combate fue reñido y duró por espacio de tres
horas y media ... Nuestras fuerzas sufrieron setenta y dos bajas entre muertos
y heridos, en tanto que los norteamericanos, cuya fuerza se componía de ciento
cincuenta hombres, de los cuales se les hicieron veíntisiete prisioneros, y siete
hombres que lograron llegar a su base de operación, el resto quedó en el campo
de batalla, y algunos lograron escapar ...
Entre los americanos muertos, fueron encontrados el
capitán Charles T. Boyd y el teniente Adair. En cuanto a Lewis S. Morey logró escapar
herido en el hombro ...
La misma tarde del 21 de junio de 1916, y tan pronto
como se esparció la noticia del encuentro con las fuerzas americanas, empezaron
a presentárseme ínfinidad de vecínos de Carrizal, de Villa Ahumada y de todas
las rancherías comarcanas, unos con armas y otros en demanda de ellas, a fín de
alistarse en nuestras filas para que en caso de que las hostilidades quedaran
rotas con los Estados Unidos, o bien que el general Pershíng, disgustado por la
derrota sufrida por las fuerzas del capitán Boyd, mandara nuevos contingentes.
Al dia siguiente se había reunido un contingente de más de 500 hombres, lo que
demuestra el alto patriotismo del pueblo.
Las bajas
estadounidenses fueron de 50 soldados muertos, 27 prisioneros, además de que se
capturaron 22 caballos y numerosas municiones. En cambio México perdió 27
hombres y 39 soldados fueron heridos, Y con respecto a
los disparos, el cirujano que atendió a los soldados mexicanos heridos hizo
constar que la mayor parte de las lesiones fueron causadas por balas
expansivas, las que según las convenciones internacionales estaban prohibidas
en el armamento de cualquier país civilizado.
Colaboración: Lic. Arturo
González Pérez
0 comentarios:
Publicar un comentario