lunes, 12 de enero de 2015

BIOGRAFIA DEL GENERAL GENOVEVO RIVAS GUILLEN, EL HEROE DE LA BATALLA DEL CARRIZAL – 1ª. DE 2 PARTES

El General tomando protesta como Gobernador

BIOGRAFIA DEL GENERAL GENOVEVO RIVAS GUILLEN, EL HEROE DE LA BATALLA DEL CARRIZAL – 1ª. DE 2 PARTES

Nació en Rayón, San Luis Potosí, en 1886. Unido a la causa maderista de soldado raso  participo en la revolución desde 1910, bajo las órdenes del Gral. Alberto Carrera Torres, donde ascendió hasta teniente.


Durante la Expedición Punitiva que perseguía a Pancho Villa por el ataque a Columbus, Nuevo México, el 21 de junio de 1916 una columna del ejército estadounidense bajo el mando del Capitán Charles T. Boyd  marcho fuera del límite de operación concedido por el gobierno, por lo que el teniente Genovevo Rivas de la guarnición del cercano pueblo del Carrizal de Villa Ahumada Chiuahua se presento a impedirles el paso, solicitándoles su regreso, a lo que el capitán Boyd se negó, ya que advirtió que iba tras un desertor del ejército estadounidense, solicitando la presencia de su superior, se presento el general Félix Gómez quien respaldo a su subordinado, por lo que luego se desataron las hostilidades donde murió el Gral. Gómez y quedo al frente el Teniente Coronel Genovevo Rivas.

 El teniente coronel Genovevo Rivas Guillén relata de la siguiente manera los acontecimientos que se desarrollaron.

Serían las seis de la mañana del día veintiuno de junio cuando se recibió aviso de uno de los puestos avanzados, que por el camino de Santo Domingo se veía avanzar una columna, y que se suponía fueran los americanos, porque se alcanzaba a distinguir que toda la caballada era de gran alzada, o sea de los que en la frontera conocemos por gólones.

El general Félix U. Gómez me ordenó que saliera al encuentro del jefe que mandaba la fuerza americana y le hiciera saber las órdenes que teníamos de no permitir el avance de ninguna columna norteamericana, en otra dirección que no fuera el Norte.

La columna americana estaba formada por la compañía K-10 y C-17 de caballería y la mandaba en jefe el capitán Charles T. Boyd, teniendo como oficiales subalternos al teniente Lewis S. Morey y a un teniente apellidado Adair, y la clase de tropas estaba compuesta de soldados negros, todos ellos fogueados, por ser veteranos de Filipinas, según declaraciones del íntérprete Spillsbury.

... Pregunté al jefe americano qué objeto tenía la presencia de sus fuerzas por aquella regíón, habiéndome contestado que venía en persecución de una gavilla de bandidos que sabía se encontraba por aquellos rumbos, a lo que contesté que ninguna gavilla había en aquella región, pues de haberla, ya hubiera sido batida por las fuerzas de mi mando ... Dijo entonces que iba a Villa Ahumada con las fuerzas de su mando porque era el recorrido que de antemano había trazado, habiéndole contestado yo que teníamos órdenes de nuestro Gobierno de no permitir el avance de ninguna fuerza norteamericana en otra dirección que no fuera al Norte, y que por tal motivo debería suspender su marcha para evitar un posible choque ...

El capitán Boyd contestó que tenía órdenes del general Pershing de ir a Villa Ahumada y que pasaría sobre las balas, habiéndole contestado yo que para que pasara a Villa Ahumada tendría que hacerlo sobre nuestros cadáveres. Entonces el intérprete Spillbury replicó: Dice usted muy bien; para morir son los hombres ...

Al poco tiempo llegó el general Gómez e interrogó al jefe americano sobre el objeto que perseguía al traer sus fuerzas por aquella región y le hizo saber que sólo podía marchar al Norte.

El capitán Boyd le dio la misma respuesta que me diera a mí, agregando: que no quería perder más el tiempo; que tenía órdenes del general Pershing de ir a Villa Ahumada y que pasaría sobre nosotros, contestándole el general Gómez que si creía poder pasar que lo hiciera.

Inmediatamente se retiró mi general y los que le acompañábamos, al lugar donde estaban nuestras fuerzas, retirándose también el jefe americano al lugar donde se encontraban las suyas, pues ambas fuerzas estaban ya frente a frente, a una distancia aproximada de quinientos metros ...

... Viendo esta actitud amenazante, dije a mi general Gómez: Señor, vienen a atacarnos, ¿qué ordena usted?, y en esos momentos los americanos rompieron el fuego sobre nuestra línea. Entonces mi general volteó y dijo al trompeta: Toque fuego, y dirigiéndose a mí me dijo: Saque treínta hombres y atáquelos por su flanco derecho.

Entonces rompieron el fuego nuestras fuerzas y yo salí a escape hacia la izquierda de nuestra línea ... Iniciamos el ataque de flanco de nuestros enemigos, que al ver esto, cambiaron de frente para contrarrestar nuestro ataque. Nuestros valientes soldados avanzaron a pecho descubierto y con resolución ...

Contínuamos nuestro avance hasta luchar cuerpo a cuerpo con los soldados negros, habiendo logrado aniquilar aquel grupo ... Una vez aniquilado el flanco derecho del enemigo, con los hombres que me quedaban me dirigí al centro de nuestra línea donde aún se combatía, pero antes de llegar encontré al teniente Antonio Peña que estaba herido ...

 ínformándome que a mi general Gómez lo habían matado en los primeros tiros del combate; que la ametralladora con que contábamos en el centro y que había emplazado el capitán primero Daniel González Corella, se había descompuesto y que nuestra gente se había visto obligada a replegarse a las primeras casas del pueblo, que era donde combatían.

Me dirigí allá violentamente ... y una vez reunidos ... y ayudados por tres o cuatro civiles que se nos habían unido, cargamos rudamente sobre los hombres de Adair, quienes juntamente con su jefe quedaron tendidos en el campo después de prolongada lucha.

El combate fue reñido y duró por espacio de tres horas y media ... Nuestras fuerzas sufrieron setenta y dos bajas entre muertos y heridos, en tanto que los norteamericanos, cuya fuerza se componía de ciento cincuenta hombres, de los cuales se les hicieron veíntisiete prisioneros, y siete hombres que lograron llegar a su base de operación, el resto quedó en el campo de batalla, y algunos lograron escapar ...

Entre los americanos muertos, fueron encontrados el capitán Charles T. Boyd y el teniente Adair. En cuanto a Lewis S. Morey logró escapar herido en el hombro ...

La misma tarde del 21 de junio de 1916, y tan pronto como se esparció la noticia del encuentro con las fuerzas americanas, empezaron a presentárseme ínfinidad de vecínos de Carrizal, de Villa Ahumada y de todas las rancherías comarcanas, unos con armas y otros en demanda de ellas, a fín de alistarse en nuestras filas para que en caso de que las hostilidades quedaran rotas con los Estados Unidos, o bien que el general Pershíng, disgustado por la derrota sufrida por las fuerzas del capitán Boyd, mandara nuevos contingentes. Al dia siguiente se había reunido un contingente de más de 500 hombres, lo que demuestra el alto patriotismo del pueblo.

Las bajas estadounidenses fueron de 50 soldados muertos, 27 prisioneros, además de que se capturaron 22 caballos y numerosas municiones. En cambio México perdió 27 hombres y 39 soldados fueron heridos, Y con respecto a los disparos, el cirujano que atendió a los soldados mexicanos heridos hizo constar que la mayor parte de las lesiones fueron causadas por balas expansivas, las que según las convenciones internacionales estaban prohibidas en el armamento de cualquier país civilizado.  

Al General Rivas Guillen en el año 1924 le fue concedida la condecoración del Valor Heroico.

Colaboración: Lic. Arturo González Pérez


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