martes, 30 de diciembre de 2014

INVITACIÓN A LA GUERRILLA EN RIOVERDE


INVITACIÓN A LA GUERRILLA

El que suscribe, propietario de la hacienda de San Diego y otras fincas de campo en el Distrito de Rioverde, para organizar una guerrilla contra el invasor, invita a los arrendatarios de ella, de “Cieneguilla”, “Tecomates”, “Gallinas”, “Las Adjuntas”, “Chupadero”, y “Tamasopo”.

A que concurran con él a formar una guerrilla de voluntarios que, cuando llegue el caso, hostilice y persiga al ejército norteamericano y le haga una guerra tenaz y continua en justa defensa de nuestros derechos y de nuestro honor ultrajado. Al efecto,

 MANIFIESTA: 

Que si como todos y cada de uno de los mexicanos estamos obligados a defender nuestra nacionalidad tomando las armas personalmente, porque ha llegado el caso de que la nación toda se levante a tomar venganza y reparación de los agravios que ha recibido, yo, que así lo haré también quiero, además, emplear parte de los bienes que tengo en ayudar a mis compañeros de armas para que nunca y por ningún motivo ni pretexto, las dejen de la mano, ni se retiren del teatro de la guerra hasta morir gloriosamente o haber acabado con la infame horda de salvajes que ha soñado en la conquista de éste hermoso país y con la esclavitud de nuestra raza.

Deseo por lo mismo, crear otro estímulo y recompensar, en cuanto me sea posible a los que conmigo quieran cumplir ese tan sagrado deber, que la patria, hoy más que nunca reclama de todos sus hijos. PROPONGO, pues, lo siguiente:

I.          Todo aquel de mis arrendatarios que voluntariamente quiera alistarse en mi guerrilla, ofrezco perdonarle la renta de su casa y de sus animales, desde el tiempo que empiece a servir en ella y mientras dure la guerra.

II.         Además de esto, a las familias de los que tomen las armas se les dará por mis encargados, en cada rancho, dos almudes de maíz y un cuarterón de frijol semanariamente para su manutención y esto, mientras lo haya en mis trojes y bodegas, por el tiempo que asistan a la campaña.

III.        Al que pusiera su caballo, silla y armas, si alguna de éstas cosas perdiere en el servicio nacional, será pagado su valor por mí, a la conclusión de las actividades, previa la debida justificación.

IV.        En todas mis tierras de sembradura serán preferidos, para obtenerlas, los que se alisten en la guerrilla y no podrán considerarse con derecho a ellas los que permanecieran egoístas y sordos al clamor de la Patria

V.         A los que, por desgracia, quedaran inutilizados y a las familias de los que mueran en acción les asignaré, de mi propio peculio, una pensión arreglada a las circunstancias.

VI.        A todo aquel de mis compañeros que se distinga por su valor y su actividad en la guerra en grado heroico, concluida ésta le asignaré una recompensa vitalicia en la proporción debida, que consista en bueyes, tierra de sembradura y bestias para le proporcionen el descanso a que se haya hecho acreedor por su buen comportamiento.

VII.       Todo el botín que la guerrilla llegue a hacer al enemigo, será religiosa y proporcionalmente repartido entre los individuos de ella según previene el reglamento de Estado. Y la parte que a mí, como jefe, pudiera alguna vez tocarme, la cedo en favor de mis compañeros.

La Guerrilla se pone bajo la protección de la memoria del Benemérito General Hidalgo, Padre de la independencia mexicana y toma su ilustre nombre que llevará en un estandarte con el siguiente lema “¡ O mexicanos o yanquis en el territorio Mexicano!”.

Bajo éstas bases invitó al alistamiento voluntario, para el cual quedaron abiertos registros en las casas de los encargados de los ranchos a donde podrán acudir a alistarse los que gusten, expresando de que manera, para las respectivas disposiciones. Por lo tanto: Excito al patriotismo de todos y, en virtud de él, espero se haga por mis arrendatarios un esfuerzo digno, que coopere a la salvación de nuestra independencia.-

Hacienda de San Diego, Mayo de 1847.- Paulo Verástegui.


José de Jesús Alvarado Orozco – Miscelánea Rioverdense

0 comentarios:

Publicar un comentario