EL ANGEL
ROBERTO REYNOSO PARRA - EJEMPLO DE
SERVICIO POR EL AMOR AL PROJIMO
3ª. Parte de 4
Por estos años, es decir la primera mitad de la década de
los 60s deambulaban en Rio verde dos ancianas implorando compasión divina
por una caridad, esas ancianitas estaban enfermas de lepra, por lo que
difícilmente alguien se acercaba a darles una caridad, en nuestro pensamiento de niños recuerdo que
conteníamos la respiración cuando pasábamos frente a alguna de ellas.
Roberto Reynoso conmovido por
estas ancianas sigue a cada una de ellas hasta sus casuchas, las saluda de mano
y cuenta que se sienta en una piedra para conversar con ellas, las entrevista y
al quedar enterado de que en sus condiciones paupérrimas únicamente comían
alguna tortilla con chile y raras veces frijoles, pues le dijeron que con lo
que juntaban de limosna difícilmente podían comprar algo para comer, que
algunas veces una alma caritativa les dejaba alguna cazuela con sopa, pero que
la dejaban a la entrada de la casa al suelo, por lo que generalmente los perros
les ganaban la comida.
Por lo que Roberto Reynoso se
hecha a cuestas el paliarles el hambre y
lanza una campaña a través de El Heraldo para recolectar víveres los cuales
recibía en su oficina, para el llevárselos a las ancianas, recuerdo el
encabezado de una nota que publicó en El Heraldo “Rioverde responde a su
llamado y ayuda a las ancianitas leprosas” Señores esto es EL SERVICIO POR EL
AMOR AL PROJIMO, no era la Madre Teresa,
no era el Padre Damián de Molokai, no era Albert Schweitezer, no fue Monseñor
Comboni, los cuales por su ministerio atendían lazaretos, era el HOMBRE,
ROBERTO REYNOSO un ser humano con un gran corazón.
De niños cuando íbamos a la
Escuela Vicente Guerrero, donde estudiamos nuestra primaria, en el tiempo en
que Gracias a Dios “no había Derechos Humanos” veíamos al pasar frente a la
oficina de Reynoso, como crecía la pila de alimentos que llevaría a las ancianitas,
y en nuestras infantiles charlas comentábamos “ojalá no se vaya a contagiar”
En esa misma época ocurre una
lluvia radioactiva en Rayón, Roberto Reynoso se traslada y toma fotografías de
personas con quemaduras producto de esta lluvia, alertando a los servicios
coordinados de salud en el estado al cargo del Dr. Villalobos Rodas.
Por su entrega al servicio la
Cruz Roja le otorga en 1967 la Cruz de Plata y un Diploma al Mérito, entregando
en 1969 la delegación de la Cruz Roja a otro gran rioverdense me refiero a don
Carlos Martínez Guillen.
A fines de los 70s y
principios de los 80s unos muchachos aventureros: Manuel González Martínez
(El loco), Benedicto Aguilar (El bene), Pablo González (El pablito),Abel
Ramírez Nieto (El Abel); descubren una enorme gruta al lado de la gruta de
catedral, uno de ellos Arturo González “El lagunillas” da a conocer el hecho a
Roberto Reynoso el cual se traslada al lugar en Alamitos y entra a la gruta,
cámara en mano toma las primeras fotografías de esa gruta hasta entonces
desconocida y el al ver una de las formaciones de las estalgtitas y
estalagmitas le dice a Arturo –mira parece un ángel- dándo a conocer así esa
gruta hasta nuestros días. –ahí están los testimonios en El Heraldo-
En los 70s publica grandes
reportajes en el Heraldo, como la visita de Alvaro Obregón, la inauguración del
ferrocarril, la planta, los molinos de caña, el gran incendio de los cuates en
tamasopo, el cierre del ingenio de Agua Buena, donde laboró Cesar Augusto
Sandino y muchos reportajes más de carácter histórico.
Por estas mismas fechas
Roberto Reynoso realiza otra gran campaña por rioverde, ya que a travez de
postales de parajes hermosos y fotografías antiguas promueve los lugares
típicos, al reverso de esas postales estaba la identificación del lugar y la
leyenda “VISITE RIO VERDE, S.L.P., LA CIUDAD MADRE… DE LA VIDA PADRE” Fue por
lo tanto, un gran promotor del turismo en nuestra región.
MUCHAS GRACIAS.- Conferencia dictada por el LIC. IGNACIO
CERVANTES ALVAREZ el 20 de Noviembre del 2014, para conmemorar los 30 años de
la fundación de Bomberos Voluntarios de Rioverde, S.L.P.
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