ETAPA II; PUERTO PEÑASCO-
SAN FELIPE - ” 2ª Y ULTIMA PARTE.
Relato mandado por watsap a Juan Cansino Zapata – gracias por
compartirlo), esta es la 2ª etapa del viaje de Gerardo Morril Corona “llegar al
golfo de California cruzando el desierto de Sonora a pie.
Álvaro me llevo a conocer unas Salinas naturales y los alrededores de Santa
Clara.
Aún no se quitaba el mal tiempo por completo pero parecía estar mucho
más tranquilo y decidí que era el momento de continuar el 19 de julio de 2014,
antes de ponerse el sol comencé a remar hacia el oeste para cruzar el delta del
Río Colorado.
Como una hora después de que
oscureció empezó a soplar el viento del sur y poco tiempo después las olas
comenzaron a ganar altura y a romper. No
podía ver nada y la lámpara no iluminaba lo suficiente como para ver cuando
rompen las olas, además que si me sorprendía una ola, la podía perder.
Como pude saqué el teléfono y con
el GPS pude ver en donde me encontraba. Afortunadamente estaba a unos cuantos
kilómetros de la Isla Montague y me dirigí hacia allá. No sin antes lidiar con el
rompiente que se forma bajo el fondo del mar.
Esta Isla divide el Río Colorado en 2 y está formada por arena. Es una
extensión de varios kilómetros y sólo sobresale del nivel del mar del agua unos cuantos metros.
La marea estaba bajando y tuve que arrastrar el Kayak lo más que pude y
de aquí caminar unos 200 metros, para pasar el resto de la noche sobre arena
menos mojada. En esta zona hay muchas almejas pero no es muy saludable comerlas
por la cantidad de metales pesados que acumulan los moluscos en general y en
especial los de esta zona.
Esa mañana en cuanto subió lo suficiente la marea, continué remando
hacia la península. Al ver tierra trate de salir a estirar las piernas y comer
algo pero después de pasar la rompiente, el fondo es tan plano que el Kayak
comenzó a pegar como a un kilómetro antes de la orilla de la orilla, me baje
para arrastrarlo y mis pies se hundieron,
el fango me llegaba a arriba de las rodillas. Recuperar las chanclas fue
una pesadilla y sin más remedio me regrese a donde flotara el kayak y continúe
remando hacia el sur sin cruzar el rompiente. Lo que hizo el trayecto lento y
fastidioso ya que continuamente el kayak se atascaba en el fango.
A la distancia podía ver una franja color amarillo pálido que parecía
playa y sobresalía varios metros del mar, parecía ser la única opción para
acampar. La marea estaba subiendo pero tuve que esperar a que la marea llegar a
lo más alto para poder llegar a la playa, después de esperar unas horas, la
marea no subió lo suficiente para llegar hasta allá y la situación se ponía
preocupante ya que de no poder llegar a la playa, tendría que continuar remando
otras 12 horas o quedarme atorado en el lodo sin poder bajarme del kayak
durante 12 horas. Nuevamente gracias a
las fotos aéreas, pude localizar un canal que estaba a unos 200 m que parecía
llegar hasta la playa. A jalones y empujones logre llegar a la playa y acampar
en ella.
Resulto ser éste un lugar extraordinario. La playa estaba formada en gran
parte por conchas de almejas, casi todas de la misma especie y también había
una gran cantidad de cadáveres de delfines, pescados, lobos marinos y hasta
ballenas. Cuando subía la marea lo suficiente, los delfines entraban por el
canal y agitando el fango del fondo, forman barreras en el agua para atrapar
pescados. Todo un espectáculo ver cómo trabajaban en equipo para alimentarse.
El agua está generalmente turbia y hay tal cantidad de pequeños
camarones y pescado que hasta este punto, no había logrado pescar nada. Mi
alimentación estaba formada por carne de res y pescado seco, sopas de pasta,
arroz, almejas y cereales.
La siguiente remada fue muy larga. Como comenzaba remando durante la
marea baja, procuraba alejarme de la costa para aprovechar la corriente que se
forma por la misma marea y al final de cada trayecto aprovechaba en desalinizar
agua en la parte profunda, que normalmente es donde el agua está más limpia.
Esa noche hice lo mismo pero al desalinizar agua no me di cuenta que la
corriente en vez de ir paralela a la costa, me llevaba mar adentro y en poco más
de 2 horas, estaba a más de 10 kms de la costa. Poco más de 2 horas remando
para llegar a la playa.
Los siguientes días, las temperaturas rebasaban los 50º C y en varias
ocasiones cruzo por mi mente tirar la toalla y pedir esquina. Permanecer bajo la sombra de un pequeño toldo
durante 8 o 9 horas a esa temperatura no era cosa fácil y con mayor razón si vienes
de un lugar donde las máximas temperaturas llegan a 34º C. Estaba a unos 40 kms
de San Felipe.
Tenía la intención de subir una montaña llamada El Picacho Del Diablo
que sería la ETAPA III, pero para esto tenía que buscar en
donde dejar el kayak y el equipo que no usaría en este trayecto, una opción era
esconderlo, pero como tenía comida había la posibilidad de que los coyotes
rompieran las bolsas y/o las tapas del Kayak para sacarla o bien que alguien lo
encontrara y me dejarán sin cosas.
Platicando de la situación con un buen amigo, José Luis Martínez. Me
comento que una pareja de amigos vivían cerca de San Felipe y también de la
playa. Y así con una llamada me resolvió un gran problema además que sus
amigos, resultaron ser unos tipazos y ahora también son mis amigos.
La llegada al fraccionamiento donde vive Norma, Antonio y Alejandro su hijo.
No fue fácil por el clima que no cooperaba y tuve que esperar un día
más. Finalmente pude llegar y guardar las cosas. Después de 2 días de
recuperación y preparar me, estaba listo para la 3a etapa.
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