Pedro Luis Naif Chessani.
Empezaré con
los primeros recuerdos de mi tierra natal, porque quiero narrar sobre el
Rioverde que Dios me permitió nacer y vivir; el de mi generación, sus
costumbres, su comida, sus paseos, sus gentes, sus personajes, sus palabras y
anécdotas, sus comercios y lugares de convivencia.
Apunto
también, las generaciones que me tocaron y los hechos más importantes que
recuerdo en mi Rioverde, en todo México y el mundo de 1949 a la fecha. Y desde
luego la infancia y juventud que vivimos en un ambiente de paz y tranquilidad.
Quiero dejar
testimonio de cómo fue la transformación sólo en la época en la cual he sido
testigo y protagonista como Diputado Local y como su Presidente Municipal.
Narro las
experiencias en la política que viví sin otro ánimo que el de dar mi punto de
vista y como los viví de 1949 a 1991.
El tomo II
es de 1992-2020.
Lo de
Rioverde es cuestión de honor dicen que siempre quedan huellas de la mentira,
por lo que escribo este libro, en pro de la verdad. Mi verdad. Revelar infamias
ocurridas en la política; así como aclarar traiciones, injusticias y falsedades
de las que fui testigo, algunas de ellas, en torno a mi desempeño en la vida
pública.
Lo anterior,
lo hago sin mayores ambiciones literarias y con el uso de un lenguaje claro y
sencillo como el reflejo de mí actuar en el servicio de la sociedad. Al
respecto, cito a Einstein: “Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez
y la elegancia déjasela al sastre”.
Cuento mi
historia, simple como fue, no más, pero no menos, con palabras crudas y reales
como sucedió y ese, es mi perdón. Cometo indiscreciones personales y políticas,
pero soy sincero porque es necesario que se conozcan los hechos, sin adornos ni
frases rimbombantes y vanas, ni invenciones.
No trato de
enlodar a nadie, pues es mi verdad y sólo mi verdad aunque duela. La premisa es
la verdad. Y como dicen: “Lo que no decimos no muere, nos mata”.
Otra razón
por la que escribo este libro
“Soy mi
propio libro.
Me
reescribo, me subrayo.
Me rehago,
hago páginas.
Me arranco
otras que duelen
y dejo en
blanco una
última hoja
siempre”.
Dicho
popular
Han pasado
ya muchos años, un cuarto de siglo para ser preciso, había callado mi verdad y
la infamia que me causó un aspirante a Cacique. Es tanto mi amor por mi tierra
y por su gente, que quiero que sepan la verdad. ¡Nunca le hice daño al pueblo
de Rioverde!
Soy un
lugareño que sólo quiere que conozcan la verdad, porque es una cuestión de
honor. El silencio fue mi protesta, pero hoy, es tiempo de saber la verdad.
“Paciencia y silencio” dicen, es virtud de los grandes.
El Libro De
mi Rioverde dividido en dos tomos. El Tomo I El Rioverde que viví…Memorias
políticas, desde que nací en esas hermosas tierras, mi infancia y juventud,
hasta 1991 que fui Diputado Local de la LIII Legislatura del Congreso del
Estado representando a mi tierra y la región Media.
Y el Tomo II
que se llama Mi Gran Sueño: Ser Presidente Municipal…y “La Infamia de un
aspirante a Cacique”.
En el Tomo
II, presento las pruebas: el informe y las actas del Congreso del Estado, las
cartas de la Procuraduría General de Justicia donde señalan que nunca se abrió
ningún expediente ni se realizó ninguna averiguación previa, tampoco existió
denuncia del Congreso ante la Procuraduría. Aquí, está la carta de la Auditoría
Superior del Estado donde se establece que en mis cargos como diputado local y
como presidente municipal no hubo, ni existió procedimiento administrativo
alguno abierto en mi contra.
Son muchos
los años que han trascurrido, más de un cuarto de siglo, pero no quiero morir
sin que la tierra que me vio nacer, y mis coterráneos, conozcan la verdad. Amo
tanto a mi Rioverde y con la misma intensidad soñé ser su presidente municipal,
que considero, llegó el momento de relatar la mentira y la infamia cometida por
quien gobernó el Estado de 1993 a 1997, ( y que aspira a “casiquear” San Luis )
situación que, necesariamente, debe ser aclarada por quien esto escribe.
No obstante,
que Horacio Sánchez Unzueta pidió disculpas porque, según él, “se equivocó por
carecer en su momento, de la información correcta”, cometió contra mí, la total
injusticia de perjudicarme con saña moral, política y hasta económica, tal vez
porque los siete perversos que co-gobernaban con Sánchez Unzueta, en aras de
quedar bien con su lema de campaña, quisieron, según ellos, cumplir contra
machete:
“Estabilidad
para el progreso”, si bien es cierto, el progreso resulta legítimo para nuestro
Estado, también resulta ilegítima e injusta la persecución de los líderes
sociales y de liderazgos regionales, entre ellos a mi persona, para pretender
constituirse, el propio Sánchez Unzueta como un aspirante a cacique que
impondría su voluntad durante varios sexenios, una especie de maximato arcaico
y trasnochado.
El lema
Estabilidad para el progreso, el cual ni siquiera materializó, pues fueron muy
pocas las obras realizadas, tal que sí las hubo, podrían ser contadas con los
dedos de mi mano.
El Tomo II además
lo escribo por todo lo que sufrí; por todo lo que sufrió mi familia con sus
persecuciones, porque perdí con mucho el sustento de mi familia y desde abril
de 1994 a 2020 lamento haber interrumpido mi trayectoria en la política como él
falsamente me lo había prometido, pero sobre todo porque San Luis ya vivió los cacicazgos
de Los Diez Gutiérrez, el de Saturnino Cedillo y el de Gonzalo N. Santos.
Y da la
extraña casualidad que fue su suegro el Dr. Salvador Nava Martínez el que
combatió fuertemente a Santos. Si viviera estoy cierto que no dejaría a este
aspirante a cacique y lo impediría.
Atte. R2D2.
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