lunes, 10 de agosto de 2020

Primeros pasos misioneros en Rioverde



 Entretanto, en 1611 el obispo de Michoacán, fray Baltasar de Covarrubias, visitó y describió a la custodia y a los indios en los siguientes términos:

Unos grandes y fértiles llanos, a lo que llaman el Río Verde, donde hay cantidad de indios caribis, y algunos cristianos; y para el cuidado de ellos asisten en dos conventos pequeños, religiosos de San Francisco, que más con caricias que con rigor los atraen, porque es gente tan indómita y bárbara, que no son llevados más que por interés de lo que los dichos religiosos les pueden dar […]


Su naturaleza  es tan perversa que poco se puede esperar de ellos; El obispo usó el término “caribis” como sinónimo de chichimeca, por la coincidencia del sentido belicoso y pagano que tal palabra denotaba:

MIREN NADA MAS LO QUE PENSABAN ESTAS PERSONITAS DE LOS INDIGENAS, DEL OTRO, DEL DIFERENTE, CREO QUE NUNCA PUDIERON COMPRENDER QUE SE ENCONTRABAN ANTE OTRA CULTUA. (NOTA DEL BLOGUERO).

grupos indómitos, “bárbaros” y de perversa naturaleza. Como un artilugio del pasado, la palabra remitía en los imaginarios españoles a un espacio donde los habitantes eran no solo idólatras sino además seres degradados, corruptos y arruinados, brutales e infieles, y por tanto necesitados de la intervención de la civilización cristiana para su redención.

Si no se entienden estos imaginarios no es posible ver en su dimensión “civilizadora” la empresa de evangelización en la frontera, y la tozudez con que se llevó a cabo; tampoco se podrían entender a cabalidad las formas en que se llevó a cabo.

Pames, franciscanos y estancieros en Rioverde, Valles y Sur de Nuevo Santander, 1600-1800

José Alfredo Rangel Silva – El Colegio de San Luis.

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