Normalmente antes del 2 de
noviembre se van a pintar las tumbas para que en su día los muertitos estén
contentos,
en una ocasión que estábamos
pintando la tumba de mi papa se nos hizo de noche y seguíamos pintando la
tumba; de pronto se acercó un hombre
vestido de obscuro
y se quedó parado como a la distancia de 2 tumbas;
volteamos a verlo y estaba parado sin moverse con los brazos cruzados y en
silencio,
a ese entonces ya la luz de la luna reflejaba la pintura nueva en la
tumba; nos empezamos a apurar a terminar y nos salimos casi corriendo y la
persona nunca se movió;
salimos aterrados y nos invitamos a no volver a hacerlo
a altas horas de la noche.
Agradecemos a nuestro amigo
Rioverde según yo por permitirnos compartir esta historia.
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