Entrada al Jabalí
Parte 6 - HISTORIA
DE LA HACIENDA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DEL JABALÍ
Para 1901 Trabajaba un ingenio de piloncillo y fábrica de
alcohol. Contaba con presa, tanque, noria, pozo, manantial y acueducto, casa habitación,
trojes, capilla, escuela y huerta.
En 1906 Franco Verástegui en cuyo
poder quedó la Hacienda de El Jabalí, la vendió a Pablo Escandón y Barrón,
integrante de una élite morelense porfiriana.
Esta hacienda fue intervenida por tropas carrancistas
en 1916, por ser propiedad del huertista Pablo Escandón y Barrón, quien
fomentaba abiertamente la subversión con armas y dinero. El gobernador Federico
Chapoy ordenó se sacaran de El Jabalí entre siete y ocho mil hectolitros de
maíz para poder abastecer la entidad.
Puerta de la entrada de la hacienda
Para 1917, a Juan Barragán Rodríguez,
se le había ofrecido la compra de algunas haciendas de la zona, a muy bajo
precio, entre ellas la del Jabalí, que había sido muy próspera en el
Porfiriato, cuyo dueño, hasta 1918 estaba en dificultades por haber sido
huertista.
En este año, Sidronio Méndez, a la
sazón general carrancista, antes Cedillista, quiso tomar a partido la hacienda
de Jabalí, ofreciendo al apoderado del dueño de ella una participación en las
utilidades quien por razones desconocidas no aceptó la oferta.
Como síntoma de la crisis que
atravesaron algunas haciendas entre 1914 y 1920 fue el intento de explotación
minera en algunas de ellas, para dedicarse a la búsqueda de oro, plata, estaño,
cobre, por ejemplo en el Jabalí entre 1916 y 1917 hay algunos permisos para
trabajarla de esta forma. (Se ignora si se hizo o no).
Restos de la maquinaria que se utilizo en el molino
Hacia 1920 la hacienda del Jabalí
contaba con 45 mil 249 hectáreas y era la más grande del sur de Rioverde.
Durante los tres primeros
años de la década de 1920 no se repartieron tierras, por las ideas del
gobernador Rafael Nieto con respecto a la cuestión agraria, éstas se acercaban mucho
a las del presidente Álvaro Obregón.
Para Nieto la reforma
agraria consistía en fraccionar las grandes propiedades con el fin de crear una
clase media de pequeños propietarios, estos planteamientos fueron plasmados en
la ley agraria estatal de julio de 1921, en la misma ley se exceptuaba de la
obligación de segmentar a los propietarios de fincas que necesitaran de una
superficie mayor para el sostenimiento de una industria.
Supuesta entrada al túnel que conduce a San Diego
Pablo Escandón y Barrón,
propietario de la hacienda de El Jabalí, apelando a dicha ley, obtuvo la
exención para fraccionar los terrenos con fecha del 7 de octubre de 1922, que
lo exceptuaba de dividir 7,800 hectáreas en vista de que formaba parte de una
unidad industrial que producía azúcar y algodón.
Ensayo de la
Lic. Elena Rodríguez de la Tejera
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