UN ENORME TESORO CERCA DE CERRITOS
LEYENDA DE CERRITOS, SLP
Pese a que esta leyenda proviene de un contexto geográfico
aparentemente afuera del Altiplano, como es el municipio de Cerritos, en la
Zona Media potosina, fue incluida en el libro Mitos y leyendas
del Altiplano potosino por cuatro razones fundamentales: primero, porque trata de una
historia anecdótica reciente muy conocida en la región, principalmente en los
municipios del centro-oriente, es decir, Villa Hidalgo, Guadalcázar y Villa de
Arista.
Segundo, porque, como se mencionó en la introducción, con el fin
de evitar las repeticiones y redundancias que surgen durante una conversación
(discurso verbal), se consideró necesario hacer una edición de todos los
relatos aquí incluidos; éste fue el elegido para ofrecerlo tanto en su versión
original como en la editada, y es el único que rompe el seguimiento alfabético
del libro. Tercero, porque los contextos geopolíticos son meramente en teoría y
en papel, es decir, en este caso no hay una línea divisoria entre Altiplano y
Zona Media, por ejemplo; además de que las leyendas no conocen límites
territoriales. Explicación de Homero Adame.
Como cuarto punto, y el más importante para los objetivos del
presente trabajo, tenemos que con esta historia, al parecer real, es posible
demostrar que una anécdota conlleva a una leyenda o, incluso, a un mito. Fueron
varias las versiones escuchadas, la mayoría vaga y confusa, y no dudamos que
conforme transcurra el tiempo existirán innumerables variantes a la misma.
Ah, sí, bueno, sí, miren que por aquí hace poco se oyó el rumor de
qu’en
la nueva carretera que andan haciendo a Rioverde, este… aquí arriba en el lado
de Cerritos –¿ya la conocen?–, ahí donde andan con muchas máquinas… Esa mera…
bueno, de ahí mero vino el rumor porque a nosotros también nos llegó acá. No
estamos muy retirados, está aquí cerquitas. ¿Qué serán?, unos 10 kilómetros a
lo mucho, no… no… menos de 10 kilómetros.
Bueno, se oyó el rumor de qu’en esa nueva carretera sacaron un tesoro muy
grande, un tesoro muy, muy grande. Según platicaron, este… según platicaron
andaban unos maquinistas sacando el trazo de la carretera y toparon con una
piedra maciza, una piedra maciza ellos pensaron, y uno de ellos –uno de los
maquinistas, ¿verdad?– se apeó y se fijó a ver por qué la cuchilla estaba
trabada, es que se trabó la cuchilla, según platicaron, y yo creo qu’es
cosa común pa’
ellos toparse con piedras macizas cuando le llegan al tepetate,
¿eh?
No, este… no, pues era com’un cajonsote de metal muy grande y macizo. Ahí
parece qu’ellos
y otros compañeros abrieron el cajonsote ése, este… luego… y este… rompieron el
candado con una barra, con una barra ha de haber sido, creo yo (uno s’imagina
qu’estaba
cerrada con un candado de los antiguos, d’esos todos oxidados que ya ni llave existe par’abrirlos,
¿eh?), y adentro, este… según platicaron qu’estaba lleno de barras de oro.
muy brillantes, ansina muy brillantes esas barras de oro, según
platicaron. Este… y luego… pues así estuvo la cosa, según platicaron que como
ellos no supieron qué hacer con eso, le fueron a llamar a uno de los ingenieros
–porque ahí andan muchos ingenieros, ustedes han de saber– y luego, luego se
corrió la voz y… y que se arremolinó la gente a ver el tesoro que había
aparecido; muy grande el tesoro ése adentro del cajonsote que les digo. Se han
de haber arremolinado porque la curiosidad le gana a uno, ¿verdad? Y más cuando
salen cosas d’esas,
de tesoros o de cosas que son curiosas. Recopilación por Homero Adame.
Pues no supe cómo estuvo la cosa, pero… este… luego le avisaron a
las autoridades allá en San Luis y se dejaron venir que los soldados en muchas
camionetas y también que parece que rumbó un helicóptero, según platicaron. Pa’
qué les voy a echar mentiras, aunque ese trazo de la carretera está aquí
cerquitas, y… y hasta luego s’escuchan los ruidos de las máquinas desde allá, aquí
nadie escuchó el helicóptero rumbar, no, no…, nomás se oyó el rumor de lo que
les estoy platicando; del tesoro grande qu’encontraron, ¿eh? Bueno
ya las autoridades dieron fe del tesoro y que lo cargaron en las
camionetas y que se lo llevaron a San Luis y este… según platicaron que… sí…
este…, se lo llevaron a San Luis y a estos trabajadores maquinistas, y… y
tampoco a los ingenieros, no les tocó nada. Pero, ah, y este… según platicaron
que… ¿cómo estuvo la cosa? que… ah, sí…, pero lo curioso es que uno de los
otros ingenieros que se habían arremolinado ahí pa’ ver el tesoro,
pues que ya no volvieron a saber d’él, que nadie lo volvió a ver ni que volvieron a
saber d’él.
Parece que se fue a quién sabe a qué parte, según platicaron porqu’ese
fu’el
rumor. Se habrá llevado algo porqu’él fu’el único que no fue tonto. Sí… se ha de haber
llevado algo, creo.
Bueno, así estuvo la cosa, y… este… y lo más curioso d’este caso
fue qu’en
ese lugar donde apareció ese cajonsote, sí… este… que nunca se
había oído platicar de aparecidos o lumbres que salieran en la noche. ¿Si saben
ustedes d’esas
cosas cuando hay tesoros?…Ándenles, esos son los rumores, que de
aparecidos y que de lumbres y que de ruidos cuando hay tesoros enterrados.
Bueno, eso es lo que siempre se platica que han oído las gentes que les ha
tocado andar cercas de dond’está una relación. Bueno, este… y… y son así las
pláticas, son rumores, y pues… esto se los digo porque siempre que hay un
tesoro, este… será enterrado, o metido en una cueva, o en una
noria, o qué sé yo, dice la gente que se rumoran cosas, que se ven lumbres, que
salen aparecidos o también que se oyen tropeladas. Pero… sí… pero éste a lo
mejor no estaba encantado y… y… bueno… por eso nomás apareció por suerte de que
andaban sacando el trazo de la carretera; eso fue lo que platicaron, ¿verdad?
Sí, sí, esto fue hace poco, hace como unos cinco o seis meses antes de qu’empezara este
año (2000).
Esta historia fue narrada por el Sr. Pedro Méndez, en Silos,
municipio de Villa Hidalgo, SLP, y salió publicada en el libro Mitos y
leyendas del Altiplano potosino. Editorial Ponciano Arriaga. San
Luis Potosí. 2004. (Título seleccionado para el Programa Libros del Rincón para
las Bibliotecas de Aula y Escolares 2007-2008, en la colección “Espejo de
Urania”.)
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